¡Hola vecinos! La Casa Catalana de Zaragoza ha recibido la Medalla de Socio de Honor de la Asociación Cultural ‘Los Sitios’, una entidad constituida para mantener vivo el recuerdo de los cercos a los que sometió el ejército francés invasor a la capital aragonesa. Cada año en torno al 21 de febrero, fecha de la capitulación de la ciudad en 1809, la asociación rinde homenaje a instituciones, entidades y personas vinculadas hoy a aquella gesta de resistencia y heroísmo del pueblo ante el asedio de las tropas napoleónicas. La vicepresidenta de la Casa Catalana, Mireia Semís, y la vicepresidenta, Lola Sebastián, recogieron la distinción en el paraninfo de la Universidad de Zaragoza. De entre las heroínas catalanas de ‘Los Sitios’ de Zaragoza destacan Agustina de Aragón y la Madre María Rafols Bruna. La primera, de Reus. La segunda, de Vilafranca del Penedès. El 2 de julio la Casa Catalana conmemora el célebre ‘cañonazo’ de Agustina de Aragón en la puerta del Portillo. Sin artillería ni fuego real ni franceses con las tripas fuera, pero lo conmemora año tras año. En son de paz.
En Alcarràs, la peli catalana de Carla Simón que ha seducido al jurado de la reciente Berlinale llevándose el Oso de Oro a la Mejor Película, sale obviamente Alcarràs y sus campos frutales. Y también sale Fraga y su mítica disco Florida 135. El municipio oscense cedió al equipo el Pabellón del Sotet y prestó apoyo logístico al rodaje. Personas de Fraga y la redolada se apuntaron para la figuración y entre los papeles protagonistas, todos ellos representados por actores aficionados, hay incluso un fragatino que fue concejal de Podemos en la pasada legislatura. Carla Simón no buscó profesionales del cine, sino gente relacionada con la agricultura de la zona, cercana y concienciada de los problemas del cultivo de la fruta. Personas que se entienden en una lengua catalana común y marcada por las peculiaridades de esa franja compartida por aragoneses y catalanes. La peli se rodó en catalán y, si no se ha doblado para su pase en Berlín y ha obtenido el Oso de Oro a la Mejor Película, sería descabellado un doblaje en castellano. Alcarràs es para vivirla en su banda sonora original, tan vuestra como nuestra.
En La Lonja de Zaragoza, edificio civil de estilo renacentista aragonés construido en la primera mitad del siglo XVI, puede verse estos días una exposición de Eva Armisén, pintora zaragozana afincada en Cataluña. La muestra que refleja el particularísimo universo creativo de Eva lleva por título: Alegría. Y es eso mismo: un baño de alegría para el cuerpo y para el espíritu. Los visitantes emergen de La Lonja y se encuentran plantificados en plena Plaza del Pilar con una sonrisa de felicidad que tarda mucho en borrarse. Por lo menos permanece ahí pintada hasta que llegas a casa y enchufas la tele. Y, como decía Forges: ‘Si enchufo la tele, salen’. Salen, sí. Los teodoros, las ayusos, los casados, los abascales, los que se les está poniendo cara de vicepresidente, los carromeros, todos esos salen. Y a tomar por saco la sonrisa de felicidad. Pero al menos hasta ese momento, Eva Armisén te ha llegado al corazón con la familia, el amor, la amistad, el buen rollo, los colores, la sencillez, la vida.
Uno de los ocho espacios que componen la muestra está dedicado a las ‘Haenyeo’, las mujeres del mar. En 2016 la UNESCO las declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Viven en Corea del Sur, en las islas de Jeju y Udo, y son buceadoras. Generaciones de mujeres buceadoras. A diario, se sumergen en el agua para recoger algas y pescar. Y mantienen, inalterable en el tiempo, un compromiso con el mar: surtirse de él, olvidando la codicia. Bajar al fondo a pulmón, aunque existan las bombonas de oxígeno. Basta con unas aletas, gafas de buceo, cinturón de lastre, un arpón, una boya para señalar su situación y una red para recoger lo pescado. El fondo marino es su campo y lo cuidan como los agricultores de Alcarrás y Fraga a los suyos. Aguantan la respiración y, en esos segundos, se surten de lo que necesitan sin dañar el medio. Solo se llevan lo que el mar les deja llevarse.
Con ellas convivió Eva Armisén para ilustrar un delicioso cuento de Heeyoung Ko: Mamá y el mar. Sus ilustraciones pueden verse en la exposición, así como un documental que te atrapa. Y también pueden verse las viejas gafas de bucear que le regalaron las haenyeo. De Tarragona a Mañoland hay un saltico de nada. Si podéis, venirse. La expo puede verse hasta primeros de abril y la entrada es gratuita. Coste cero, aunque es muy difícil que no quieras llevarte el catálogo.
Mujeres de tierra y mar. Tres pequeñas historias entre Aragón y Cataluña (y un poco Corea). ¿Y no vamos a ser capaces de organizar, juntos y sin liderazgos, unos JJOO de Invierno? ¡Amos, anda!