Se necesita habilidad para trucar los Volkswagen Diésel de modo que las emisiones en la inspección no dieran los mismos resultados que en carretera. Pero los más listos no fueron los tramposos, sino los que descubrieron la trampa.
Como ayer señalaba el director del Diari, fueron ingenieros de la universidad de West Virginia dirigidos por el colombiano de 38 años Francisco Posada. Recorrieron 4.000 km. por la autopista del Pacífico, que va de México a Canadá, con un aparato en el maletero conectado al tubo de escape.
Para la prueba utilizaron tres coches alquilados, dos Volkswagen y un BMW. Al cotejar el resultado con el del laboratorio, el BMW estaba en los límites correctos. Los otros, superaban de 20 a 35 veces las emisiones permitidas.
Los tramposos de Volkswagen y sus jefes arrumbaron la ética en favor de los beneficios y han acabado perdiendo ética y los beneficios.
