Ahora que la Providencia nos depara otra década con este nombre, bueno será evocar la primera.
En realidad fueron años felices en Estados Unidos. Comenzaron las cadenas de montaje, las ventas a plazos, la popularización de la radio, el teléfono, los coches, los electrodomésticos, surgieron los rascacielos y nació Hollywood; el dólar era convertible en oro y Wall Street desplazó a la City como centro financiero. Hasta que llegó el crack de octubre de 1929…
En Europa la felicidad no sabía lo que le esperaba: tres grandes ideologías destructoras: comunismo, fascismo y nazismo. Y la Segunda Guerra Mundial, que superó en crueldad a la Primera.
Un siglo después, algo hemos aprendido, por ejemplo que la ciencia y la economía no lo resuelven todo.
