La fiesta de Sant Jordi

23 abril 2024 19:43 | Actualizado a 24 abril 2024 07:00
Florenci Nieto
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Sant Jordi ha vuelto este año con la celebración entre semana. El sector editorial esperaba poder repetir las cifras del año pasado: 1,87 millones de libros vendidos y 24 millones de euros facturados durante la semana.

La previsión de los mayoristas era distribuir siete millones de rosas, con unas ventas de un 20% superiores al año 2023. Nos advierten, desgraciadamente, que será el último año con producto local y que la mayoría de las rosas llegarán de Colombia, Ecuador y los Países Bajos.

Cualquier establecimiento puede solicitar una licencia para instalar una parada de manera libre y gratuita. En total, se ponen a disposición de quien quiera parada un total de 7.000 licencias de parada para libros y rosas repartidas por toda la ciudad y también a los panaderos, para poner parada delante de su establecimiento.

Tarragona y Reus, al igual que el resto de las grandes ciudades del país, encaraban este Sant Jordi con optimismo. Los gremios profesionales de los sectores implicados de las dos ciudades tenían previsto que la fiesta de la rosa y el libro volviera a ser de nuevo una gran fiesta con el grosor de la cultura literaria. Firmas de los autores y diferentes actividades para celebrar un 23 de abril. Sin duda, es uno de los días más bonitos del año.

En esta Diada de Sant Jordi, el comercio local ha estado a su altura y ha llenado de cultura, historias e ilusión nuestras calles

Sant Jordi volvió a tener como centro neurálgico para los puestos de libros y rosas la Rambla Nova, como ya es una conocida tradición en la ciudad desde el año 2021. Entidades sociales, culturales, grupos políticos y centros educativos aportaron su participación en uno de los días más celebrados y reivindicados en Cataluña. Como ya es costumbre, las paradas estuvieron abiertas desde las 9 h de la mañana hasta las 21 h de la noche.

Reus ubicó la celebración de Sant Jordi en la plaza del Mercadal con una supermanzana literaria que se extendía hacia la plaza Prim y el arrabal de Santa Anna, donde repartía las paradas de las entidades. Más allá de la plaza del Mercadal, se encontraban cada año las floristerías y las librerías profesionales y el baile de sardanas. Como todos los años, esperamos que la ciudadanía haya apostado por la compra de libros y rosas en los establecimientos de proximidad, aquellos que están a nuestro lado pase lo que pase. En esta Diada de Sant Jordi, el comercio local ha estado a su altura y ha llenado de cultura, historias e ilusión nuestras calles.

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