La Comisión Europea ha llamado la atención a España sobre su inutilidad en la gestión de la acogida de refugiados. Hace meses que prometió albergar a 15.000, y solo ha recibido a 18. Un escándalo.
Para colmo, pone trabas a que Catalunya asuma el mantenimiento de 4.500, como ha ofrecido.
¿Insensibilidad o incapacidad? Quizá sea ambas cosas. A la proverbial pasividad de Rajoy en todo, se une su actual situación política: estar en funciones, que es como decir que no funciona. Se ahoga en la burocracia, mientras los refugiados se ahogan en el mar.
El contraste: el Papa viaja por la mañana a Lesbos y por la tarde ya tiene a 12 refugiados en la Santa Sede. El Vaticano tiene 0,44 km. cuadrados y España, 504.645. Es cuestión de querer más que de poder. Es cosa de fijar la atención en las periferias del mundo, en vez de mirar si el dinero está a buen recaudo en los paraísos fiscales.