La Generalitat comunicació ayer que, a causa de la sequía, no se dan las circunstancias para autorizar el trasvase de 0,6 hectómetros cúbicos desde el pantano de Siurana (actualmente al 10% de su capacidad) al de Riudecanyes porque «supondría dejar en muy malas condiciones ambientales el agua restante».
La decisión llega tras una semana intensa de reacciones de los diferentes agentes afectados. Por un lado, el Consell Comarcal del Priorat y los municipios de la mancomunidad del Topograpo (Torroja del Priorat, Poboleda, Gratallops y Porrera) que han anunciado que estudiarán las responsabilidades jurídicas que puedan tener dirigentes y técnicos de la Agència Catalana del Aigua (ACA) si el nuevo trasvase del pantano de Siurana les deja sin agua.
Por otro, la Comunidad de Regantes del Pantano de Riudecanyes que ha denunciado que si no les llega más agua tendrá que suspender el riego, justo en el momento más crítico para la mayoría de cultivos. Incluso las federacions de ERC del Baix Camp y el Priorat se han enfrentado por el reparto. La problemática ante un recurso tan escaso y a la vez tan esencial obliga a escuchar a todos los implicados y a buscar soluciones cuanto antes, desde la apuesta por agua regenerada para usos agrícolas a fomentar el ahorro. Son muchos los intereses en juego y no hay tiempo que perder.