Tendremos una moción de censura bufa, la presentada por Vox, y como candidato un intelectual excomunista que ha evolucionado hacia la derecha. No digo derecha extrema, porque no lo es. Vox y Ramón Tamames tienen criterios distintos en bastantes cosas. Vox encontró un candidato sacado del túnel del tiempo, en las profundidades de la historia y de la política, casi un candidato que procede del más allá. El candidato, además, pronunciará un discurso que lo sabe todo el mundo, publicado ya en la prensa. Es un candidato que no tiene los diputados suficientes para ser elegido. Un candidato que, con todo su saber, tendrá como oponente a un exalumno suyo: Pedro Sánchez, que no era precisamente de los primeros de la clase.
Vaya por delante que, personalmente, tengo una admiración por la calidad universitaria de Ramón Tamames, a quien yo seguía cuando ocupaba, como estudiante, las aulas universitarias. Él fue quien me enseñó economía y le estaré agradecido de por vida. Este artículo no va contra él, va contra quien lo ha querido encandilar a mayor gloria de Vox y del PSOE.
Desde mi punto de vista, será una moción de censura bufa, ridícula: un candidato que no puede ganar, ni ser presidente, ni se presenta para ser presidente, sino para disolver las cámaras en todo caso. Un candidato exmilitante comunista, pasado al capitalismo light, que para satisfacer su ego va a debatir una moción de censura. Claro que quien va a ganar tiempo de pantalla (lo que se dice en el argot periodístico, «chupar cámara») va a ser el líder del partido que lo presenta, Santiago Abascal, quien quiere dirigirse a toda España, cosa que no lo puede hacer casi nunca.
Otros lo pueden ver de otra manera, pero para mí es un atropello de las instituciones del Estado, usadas para burla o para sumar más egos, o ambas cosas a la vez. Una moción de censura (de las seis que se han presentado en democracia solo ha prosperado una) es uno de los actos más importantes de la vida democrática y parlamentaria.
Por otro lado, la moción de censura se presenta en un clima preelectoral. Quid prodest? La moción de censura solo servirá para lucimiento de los oradores que suban al estrado (no estará Feijóo) o se sienten delante de él (caso del candidato Tamames).
También se presenta en un momento en que el gobierno es zarandeado por todas partes, desde la corrupción (Tito Berni), hasta la economía, con los precios por las nubes y las llamadas ‘leyes sociales’.
La gente está en general descontenta de este gobierno de coalición, donde los disparates se han sucedido muy cerca en el tiempo, como la ley del ‘solo sí es sí’, la ley ‘trans’, la ley de los animales, decisiones que luego ha tenido que rectificar en polco tiempo, etc., que han descontentado a todo el mundo. Y con un presidente atado de pies y manos por un partido, o por unas ministras, «impresentables», como dijo el portavoz del PSOE.
Y en medio del descontento sale una moción de censura, no para acabar con el gobierno, sino una moción de censura que hemos calificado de bufa, para hinchar los egos de unos pocos. Señores de Vox, ¿es esto España?