«Usted es el candidato de los pederastas, los violadores, los golpistas y los amigos de los terroristas. Ha sido más generoso con los verdugos que con las víctimas». Transcripción literal de las palabras del líder del PP, señor Feijóo, dirigidas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su última comparecencia en el Senado.
Es decir, para el PP el presidente democrático de España es una especie de híbrido, mitad violador mitad terrorista, un personaje demoníaco sin moral capaz «de ser generoso con los verdugos». Y esto lo dice Feijóo, el «moderado».
Porque, claro, comparado con Vox incluso Trump aparecería como «moderado». Solo hay que recordar que este partido de extrema derecha aliado del PP ha denunciado con una querella criminal al presidente Pedro Sánchez ante el Tribunal Supremo por «conspiración para la rebelión y la sedición para facilitar la futura comisión de delitos» (¡Supera esto, Feijóo!).
Para Vox el presidente es un vulgar ratero que quiere destruir el Estado aliado «con los enemigos de España». Incluso el vocabulario para salido del NO-DO (noticiario de propaganda franquista). Este es el nivel, amigos y amigas...
En Valencia el líder territorial de Vox es un hombre condenado a un año de cárcel por un delito de violencia contra su exmujer
Me pregunto, ¿es esto lo que queremos como sociedad? Si usted, por poner solo un ejemplo, tiene alguna discrepancia con alguno de sus vecinos, ¿soluciona algo insultándolo, considerándolo poco menos que un terrorista o un pederasta, o denunciándolo por «conspiración para la comisión de delitos»? Parece increíble que lleguen a este nivel de fanatismo, es de vergüenza ajena.
Personalmente sabía que el tándem Vox-PP no tendría el más mínimo problema en aliarse y pactar en todas las instituciones donde tienen mayoría, pero lo cierto es que me ha sorprendido la celeridad y el desparpajo con el que han actuado, sobre todo los presuntos «moderados» del PP.
Tomo como piedra de toque lo que está pasando en Valencia porque la situación se lo merece. Aquí el líder territorial de Vox es un hombre condenado a un año de cárcel por un delito de violencia contra su exmujer. Aclaro, no denunciado o investigado, no, condenado por la Audiencia Provincial de Valencia por hechos que la justicia considera fehacientemente probados.
Bien, a las puertas de las elecciones generales, nombrar a este señor como consejero autonómico podría, digamos, incomodar al electorado incluso más conservador pero que no sea ultra. ¿Solución? (que se les ha ocurrido): ¡Tranquilos!, lo sacamos del Gobierno regional... pero lo ponemos de cabeza de lista al Congreso por Valencia... Es decir, no será consejero pero sí diputado (e igual llega a ministro).
Para que se entienda, ¿no quedaría bien tener –por decir algo– al señor Bárcenas de consejero de Economía en Valencia? Pues ningún problema, lo hacemos diputado a ver si llega a ministro del ramo. El concepto de cinismo político se les queda pequeño a los estrategas del Vox-PP...
En el acuerdo que han suscrito la violencia de género ha desaparecido para pasar a ser considerada como «violencia intrafamiliar» (es decir, una bagatela, una pequeñez que pasa –y queda– en casita y tal). El feminismo o las políticas de igualdad se han volatilizado como por arte de magia mientras que se afirma que «se derogarán» todas las medidas en materia de memoria histórica. O sea, nada de reivindicar la lucha de los demócratas contra la dictadura fascista de Franco.
Todo eso es «mirar al pasado» y bla, bla, bla. Claro, denunciar el Holocausto nazi también es «mirar el pasado», por tanto habría que cerrar el memorial de Auschwitz y olvidar lo que fueron los campos de concentración, etc. ¿Se imaginan el escándalo internacional? Y la miseria moral que implica decir estas cosas...
Estas no son solo unas elecciones generales rutinarias. Si el Vox-PP tiene mayoría, será demasiado tarde para lamentarlo...
Mirad, nos quedan pocas semanas para evitar que lo que va a pasar en Valencia pase en el conjunto de España. Los medios de la derecha están envalentonados y llevan días agitando el concepto de que su victoria es «irreversible» y de que el Vox-PP va a tener 400 diputados de 350 (ya me perdonaréis la ironía).
Pero si habéis llegado a leer hasta aquí yo os hago una reflexión y os pregunto: ¿Queremos legar esto a nuestras hijas e hijos? ¿De verdad? Si la respuesta es «no» te pido que el próximo 23 de julio no te quedes en casa. Ve a votar y hazlo por el Partido Socialista, el partido que es la diana obsesiva de los discursos de odio del Vox-PP y que presenta a las candidaturas del ‘sanchismo’, tan vapuleado por almas cándidas y humanistas como el señor Ortega Smith o la señora Ayuso.
Si todas y todos vamos a votar el Frente Nacional de Abascal-Feijóo no pasará. Piénsalo, tu movilización merece la pena. De verdad, estas no son solo unas elecciones generales rutinarias. Nos la jugamos y el día 24, si el Vox-PP ha tenido la mayoría absoluta, será demasiado tarde para lamentarlo...
