El precio de la energía

Ya no existe un vínculo entre el coste de producción de la electricidad y lo que se paga

02 septiembre 2022 19:30 | Actualizado a 03 septiembre 2022 07:00
Florenci Nieto
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¿Saben aquello de «más vale tarde que nunca»? Pues eso es lo que está ocurriendo ahora con las prisas y cambios importantes en relación con el grave problema energético europeo. El presidente de PIMEC, Antoni Cañete, ya envió el pasado 10 de marzo una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la que le pedía una «reforma urgente del injusto mercado eléctrico». Ya hemos denunciado que más de 140.000 pymes lo están pasando mal, muy mal, y no es ninguna exageración. Son empresas que pagan alquileres, impuestos, la Seguridad Social, etc. Ya no pueden seguir soportando los desproporcionados y abusivos precios de la electricidad y del gas. Ya no se trata simplemente de repercutir los costes en el precio final de los productos, que también. Este hecho hace que se pierda la atracción del buen precio de venta comercial y supone un descenso muy considerable en las ventas generando pérdidas insoportables. Esta grave situación requiere soluciones urgentes, comprometidas, valientes y la actuación de los gobernantes con sentido de la responsabilidad y con poder de decisión de los países de la UE.

Tras meses de recelos, grandes dudas, protagonismo y cierre en banda, los seis meses que ya dura la guerra en Ucrania derriban también el gran tabú energético europeo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prepara su propuesta para articular una intervención de emergencia y una gran reforma estructural del mercado eléctrico europeo. Es absolutamente necesario un giro de 180 grados en apenas unas semanas. Ante la evidencia, ahora vienen las prisas. El viernes los precios de la luz en Alemania y Francia se dispararon más de un 25%. Y el contrato en Berlín a futuro ha pasado este lunes por primera vez en la historia de los 1.000 euros el €/MWh.

Esto es muy serio y no pueden convertirlo ni en un juego ni en su juguete

Establecer una disociación o decoupling de los precios de la electricidad frente al gas a nivel europeo será, sin duda, el tema estrella del próximo consejo extraordinario que los 27 ministros de Energía celebrarán el 9 de septiembre. La presidencia checa del consejo lo ha convocado de urgencia tras insistir en ello, ahora que el mercado energético europeo está paralizado y es vital arreglarlo. Reitero lo dicho: más vale tarde que nunca.

Las voces de los gobiernos europeos que piden formalizar esta medida a nivel de los 27 han ido en aumento estos días. Ya no existe un vínculo entre el coste de producción de la electricidad y lo que se paga por ella. El sistema de fijación de precios europeo debe revisarse. Hace ya más de 6 meses que desde PIMEC reclamamos y denunciamos lo que ocurriría y exigimos la revisión del sistema de fijación de precios, tanto al gobierno de España como al de Europa, además de insistir en las consecuencias para las pymes y para las familias en caso de no hacerlo. Dilatar la solución agrava sin duda la situación.

Ursula von der Leyen se pronunció este pasado miércoles en favor de una reforma del mercado eléctrico europeo, de este modo se evitaría que el elevado precio del gas marque el de la electricidad. Considera que se trata de un sistema que no está adaptado a la realidad de las renovables dominantes. Von der Leyen apuntó que el gas es la fuente de energía más cara en la actualidad y define los precios en un sistema que ya no funciona. Por su parte, las renovables son hoy las fuentes más eficientes y baratas, pero la verdad es que un gas más caro sigue definiendo el precio de la electricidad.

La grave situación que estamos viviendo debería hacer reflexionar profundamente a todas aquellas personas que quieren dar un paso en sus vidas y dedicarse a la política, entendiendo que ha llegado el momento de priorizar el servicio total en beneficio del tejido empresarial productivo, ya que es el que genera la riqueza de nuestros pueblos, ciudades y del conjunto del país, en lugar de priorizar sus propios intereses y los de sus familias como hacen ahora; objetivo: ¡vivir a lo grande! Esto es muy serio y no pueden convertirlo ni en un juego ni en su juguete.

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