Un besugo en la vía

17 febrero 2023 15:58 | Actualizado a 18 febrero 2023 07:00
Álex Saldaña
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No sé si han estado alguna vez en una oficina de objetos perdidos. Parece un bazar; allí puedes encontrar hasta los objetos más insospechados –yo llegué a ver una dentadura postiza. ¿Quién pierde una dentadura?–.

Pero el Metro de Madrid no se queda a la zaga. El personal del suburbano de la capital del reino asegura que ha visto caer de todo en las estaciones.

Móviles y auriculares inalámbricos destacan entre los más de cinco mil objetos recolectados en 2022, pero allí abajo han recuperado llaves, gafas, zapatos, muletas, bastones, bolígrafos, libros, décimos de lotería, lápices de ojos, pendrives, púas de guitarra, recetas, dados, un rosario... pero también prismáticos, inhaladores para el asma, cremas de manos y hasta la válvula de un traje de buceo, un sable láser o una pelota de pilates, así como una rueda desprendida de un carrito de bebé.

Entre las miles de llamadas que reciben, una de las más insólitas fue para avisar de la presencia de un besugo en las vías. Era la cena de Nochebuena de una familia, pero a la señora que lo llevaba se le escurrió y el muy animal se lanzó a la vía.

El protocolo establece que los objetos caídos se recuperan por la noche, cuando el tráfico se ralentiza, pero en esta ocasión detuvieron la circulación e impidieron la fuga del pez. Lo hicieron al ver el disgusto de la dueña, aunque también porque «no puedes dejar un pescado oliendo en mitad de la vía, con la estación hasta arriba de gente».

Ya lo ven, el subsuelo también está lleno de historias.

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