Lo cantaba con despecho en aquella canción la colombiana: «Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan». Sí, Shakira factura. Mucho. Y alguien debería explicarle que todas esas ganancias están sujetas al pago de unos impuestos que hacen que la sociedad funcione. Porque me temo que quizá no lo sabe –o no lo quiere saber–: a menos de dos meses de que sea juzgada por la Audiencia de Barcelona acusada de defraudar a Hacienda 14,5 millones de euros, la Fiscalía dio el martes los detalles de una nueva querella por presuntamente defraudar otros 6,6 millones en el ejercicio de 2018, cuando ya residía en España, mediante un «entramado de empresas» que le llevó a «simular» la cesión de sus derechos a 17 compañías instrumentales o pantalla ubicadas en paraísos fiscales. No es el suyo un caso aislado; son muchos los que ganan fortunas que no podrán gastar ni aunque vivan tres vidas a todo trapo y que, pese a ello, eluden o evaden sus impuestos. Y lo peor es que, pese a que sus trampas nos las hacen a nosotros, les seguimos aplaudiendo. Sucedió, por ejemplo, con Cristiano Ronaldo, aclamado por decenas de hinchas cuando fue a los juzgados a declarar acusado de un delito similar, y con Messi, con aquella campaña en redes sociales #TodosSomosLeoMessi. Evidentemente, algo hemos hecho mal cuando trabajadores que apenas cobran mil euros al mes y –ellos sí, que se les ocurra no hacerlo– pagan religiosamente sus impuestos defienden a millonarios que hacen de la insolidaridad un negocio. Porque no olvidemos que el dinero de esos tributos sirve para construir escuelas, hospitales y carreteras; para pagar a médicos, maestros y policías; para socorrer a quienes, por una u otra causa, se han caído del sistema... Sí, facturan. Pues que también paguen.
Shakira factura. Y debe pagar impuestos
27 septiembre 2023 16:23 |
Actualizado a 27 septiembre 2023 16:24
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