En estos tiempos en los que tantos tienden a ver la vejez como un problema, en los que incluso relegaron a los mayores y les negaron la atención médica que necesitaban en los días más duros de la pandemia, reconforta leer noticias como la que habla de que por primera vez se ha logrado trasplantar con éxito un riñón a un paciente con 90 años, que ha sido intervenido en el Hospital Clínic de Barcelona. El enfermo, Agustí Rovira, padecía una insuficiencia renal crónica, circunstancia que le obligaba a someterse a sesiones de hemodiálisis, y llevaba cuatro años en lista de espera para recibir un injerto renal. Nunca perdió la esperanza, avalada por los médicos del hospital, convencidos de que «la edad por sí misma no debería ser una contraindicación absoluta para el trasplante». De hecho, la proporción de trasplantes renales a personas de más de 74 años en Catalunya ha crecido de un 2,4% a un 10% en los últimos diez años. Una gran noticia de la que disfruta Rovira, que afronta la vida sin pensar en su fecha de caducidad y asegura que «no he perdido la curiosidad y no me acuesto si tengo una duda histórica o lingüística. No sabemos si este trasplante me ha alargado la vida, pero ya puedo decir que me ha dado calidad de vida». De eso trata la medicina, ¿no? Incluso más allá de la edad del paciente. Larga y buena vida, señor Rovira.
Recibir un trasplante a los 90 años
27 octubre 2022 19:17 |
Actualizado a 28 octubre 2022 07:00
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