Después del debate autopromocionado en exceso por Atresmedia, no fue el espectáculo que suelen tener los debates a dos televisados en otros países. No cumplió las expectativas al debate que superpromocionó Atresmedia.
El presidente Pedro Sánchez explotó hasta la saciedad el supuesto pacto entre el PP y Vox, como estaba previsto, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, machacó los pactos de Sánchez con Bildu y Esquerra Republicana.
También Feijóo se salió con la firma de un pacto, que puso sobre la mesa, entre PP y PSOE para que gobierne la lista más votada, hecho que rechazó Pedro Sánchez.
El debate fue bronco muchas veces hasta el punto de que, a veces, no se entendía lo que decían uno y otro por las interferencias continuas de uno y otro.
A Feijóo se le vio nervioso al principio, y se notaba que no estaba acostumbrado a un cara a cara televisivo, pero a medida que avanzaba el programa se le vio más seguro, mientras que a Sánchez le entraron los nervios en ocasiones, especialmente en el caso de los pactos de gobierno, cuando se hablaba del ‘sanchismo’, o el secretismo del acuerdo con Marruecos donde finalmente escuchamos la política de Feijóo en el caso del Sahara: un diálogo a cuatro entre Marruecos, Argelia, la ONU y España.
Y pocas aportaciones más. Sabemos que Sánchez ya no puede pactar con Podemos porque está dentro de Sumar (una amalgama de partidos) y por lo tanto no habrá otro ‘sí es sí’, ni habrá posicionamientos anti-Nato de la otra parte del gobierno que no sea PSOE.
Sánchez es capaz de pactar con diversos partidos, fuera del PP y Vox, y por ello no acepta que gobierne el partido más votado (que casi seguro será el PP, según las encuestas). ´
Tiene habilidad para pactar con cualquiera, aunque el pacto con Podemos le obligaba a no quitar ningún ministro de ese partido, sin la aprobación de este. No fue un buen pacto el del PSOE-Podemos.
El día 23 será el definitivo. ¿Quién ganará? Nada está asegurado, pero el PP espera tener más posibilidades de pactar que no sea solo Vox.