Ramón Franco Bahamonde era un aviador hermano de Francisco Franco. Durante muchos años no se ha sabido prácticamente nada de él, y, sin embargo, en la España del primer tercio del siglo XX, pocos hablaban de Francisco, un militar en África, y muchos de Ramón, un famoso aviador que había conseguido hazañas notables en la aviación incipiente de los años 20.
Nicolás Franco, tesorero naval, fundó esta familia en 1890 al casarse con Pilar Bahamonde, hija del intendente general. Tuvieron cinco hijos; sobrevivieron cuatro; la menor, Pacita, murió a los 5 años. Los hijos, por orden, fueron Nicolás, Francisco, Pilar y Ramón.
Francisco (Paquito) ingresó en ese año en la Academia de Infantería toledana, ya que no fue admitido en la Armada; sí lo había logrado Nicolás, el mayor. Como es sabido, Paquito (‘el cerillita’, por su endeblez y estatura, 1,65 metros) hizo carrera exponiendo su vida en África y logrando ser el cofundador de la Legión y el general de brigada más joven de Europa.
¿Y Ramón?... Nada tímido, imaginativo, rebelde... configuró a un joven que quería salir del pequeño mundo de su familia. Paco había sacado el número 251 de los 312 cadetes de su promoción, y en 1910 era segundo teniente; sedujo a Ramón y le introdujo en la Academia toledana. Sacó el puesto 37 entre los 413 cadetes de su promoción.
Se inclinó por la aviación, al conocer las hazañas de sus precursores Lindbergh, Richard E. Byrd, Tschkalov, Kindelán o Pedro Vives. La Primera Guerra Mundial mejoró los aparatos y técnicas y Ramón se decidió a ingresar en 1920 en el Servicio de Aeronáutica Militar, en Getafe y luego Cuatro Vientos. Actuó en la guerra de Marruecos, alcanzando en 1921 el récord de altura con 5.895 metros. Cuando el desastre de Annual hizo 82 horas de vuelo, con 54 bombardeos y 10 reconocimientos. En 1922 fue destinado a Los Alcázares, base de hidroaviones ‘Savoia 3’. Con su compañero Mariano Barberán, las pruebas desde la Península a Canarias le convencieron para cruzar el Atlántico. Ya era comandante, desde octubre de 1925 cuando presentó al dictador Primo de Rivera un proyecto: el Plus Ultra.
Ramón preparó a su equipo, Ruiz de Alda, Durán y Rada. El hidroavión costó 411.132 pesetas. El 19 de enero de 1926 salió de la base de Mar Chica, hasta Palos, visitaron La Rábida y el día 22 despegaron hacia Las Palmas, donde bajó Durán. El gran salto hacia América comenzó el 30 de enero. Llegaron a Recife, de allí a Río de Janeiro, luego a Montevideo y finalmente, a Buenos Aires, el 10 de febrero, donde les esperaba un recibimiento apoteósico. Al regreso el rey le impuso la medalla ‘Plus Ultra’, de nueva creación.
Pero Ramón se hizo aún más famoso y más inconformista, pasando al odio a la dictadura y luego a la Monarquía, hasta el punto de ser de los que hizo más por la llegada de la II República. Entró en la Masonería y luego intentó, sin acierto, la carrera política como diputado en Cortes. Estando como agregado en Nueva York, le cogió la guerra civil que dirigía su hermano Paco. Y se puso a su servicio, ya como teniente coronel, y jefe de la base de Mallorca.
El que había sido popular, izquierdista y diputado «del pueblo» bombardeó en varias ocasiones Barcelona, Valencia y Alicante.
El 28 de octubre de 1938 salió con mal tiempo; dirigía su escuadrilla desde Pollensa para bombardear el puerto de Valencia; a los 15 minutos, eran las 5.25, su aparato cayó en barrena y se estrelló en el mar, muriendo todos. Fueron encontrados el día 30.