El Sindicato de Trabajadores (STR), organización sindical mayoritaria en las principales empresas del refino en España y en constante crecimiento en la industria química, inició hace más de un año un proyecto ilusionante: conseguir que los trabajadores de estos sectores pudiesen avanzar su edad de jubilación para compensar el impacto que su trabajo diario tiene sobre su salud.
En todo este tiempo, hemos conseguido apoyos de los ayuntamientos de las zonas donde están instaladas las fábricas, así como de sus Comités de Empresa. En el Camp de Tarragona cabe destacar las mociones aprobadas por los plenos de El Morell, Botarell y La Canonja en marzo de 2022, así como el apoyo de los comités de Repsol Química, Repsol Petróleo y ASESA. También pedimos el mismo apoyo en los ayuntamientos de Reus y Tarragona, que, al contrario de sus homólogos de otras localidades, han optado por el silencio administrativo. Aun así, seguimos exponiendo nuestros argumentos y el marco legal que los ampara a los principales partidos políticos, con el fin de que nuestra reivindicación vaya ganando adhesiones en su camino al Congreso de los Diputados, que es donde queremos llevar el debate.
Queremos demostrar que el trabajo en nuestros sectores reúne las características de peligrosidad, penosidad y toxicidad que la ley establece para avanzar la edad de jubilación
Para conseguir este derecho, desde el principio vamos de la mano de la Universidad de Zaragoza, con quien desarrollamos los argumentos legales y científicos que nos permitan demostrar que el trabajo en nuestros sectores reúne las características de peligrosidad, penosidad y toxicidad que la ley establece para aplicar el denominado Coeficiente Reductor, que es la figura que permite avanzar la edad de jubilación, tal como ya han conseguido los trabajadores de la minería o algunos cuerpos policiales.
La historia de la defensa de los derechos de los trabajadores nos demuestra que solo con unidad se consiguen cambios tan ambiciosos como el que tenemos entre manos
Consideramos que es de justicia obtener este coeficiente y un objetivo que debería ser común para cualquier organización sindical. Por eso al iniciar el proyecto ofrecimos a los autodenominados «sindicatos mayoritarios» que se sumaran al proyecto, una opción que fue rechazada y desprestigiada por parte de sus representantes. Por eso nos sorprende que ahora estas organizaciones hayan presentado una moción en el Ayuntamiento de La Canonja, un año más tarde, sobre una reivindicación que en su día no consideraron viable. Aun así, nos alegramos de este hecho y esperamos que ahora se pongan a trabajar para la consecución de este objetivo que viene reivindicando el STR.
Por nuestra parte, seguimos trabajando constructivamente y tendiendo la mano a cualquiera que ponga el foco en el objetivo, y no en las luchas de poder por la hegemonía sindical. La historia de la defensa de los derechos de los trabajadores nos demuestra que solo con unidad se consiguen cambios tan ambiciosos como el que tenemos entre manos.
