Las calles y nuestro miedo

20 octubre 2024 19:20 | Actualizado a 21 octubre 2024 07:00
Mònica Just
Comparte en:

La oscuridad. Escuchar tus pasos. Solo tus pasos. Girarte con un susto cuando oyes un ruido ajeno. Caminar con prisa. Llamar por teléfono. O fingir que llamas por teléfono. Echar la vista atrás. Hacerlo otra vez. Tropezar. Mirar con miedo a los tres o cuatro con los que te cruzas. Tener las llaves en la mano para pasar en seguida por la puerta. Por fin. Ya he llegado. Esto es para nosotras ir por la calle de noche. Es así. La sensación es terrible. Buscamos alguien que nos acompañe. Ir en coche y aparcar en la puerta de donde sea que tengamos que ir. Coger un taxi. Evitar los parkings subterráneos (poco se habla de la sensación que tienes al caminar por aquellos pasillos en plena noche). Y así años tras años. Los datos son demoledores y el problema sigue ahí, para jóvenes y no tan jóvenes. Es una sensación avalada por unas cifras que ponen los pelos de punta. Porque hay calles que generan miedo, pero hay demasiado miedo implícito en ir por la calle de noche. La poca luz, zonas especialmente oscuras, silencio y una serie de delitos que configuran un historial que nos asusta. Y la maldad. Porque hay mucha maldad. Y tenemos miedo de cruzarnos con ella. ¿Quién sabe lo que ocurrirá? No sé quién tiene la solución. Quizás no exista. Quizás la vida son riesgos y miedos. Pero de vez en cuando es sano hablar de eso. Del miedo. De las calles y el miedo.

Comentarios
Multimedia Diari