El desencuentro entre el presidente de EEUU, Joe Biden, y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, continúa. Ahora Biden ha dejado a Sánchez fuera de sus llamadas a líderes europeos para analizar la crisis de Ucrania. No es el primer desplante del actual presidente de EEUU, quién tardó nueve meses desde su llegada a la Casa Blanca, en telefonear a Sánchez y lo hizo sólo porque quería usar las bases norteamericanas de utilización conjunta en nuestro país, para recibir ciudadanos afganos, tras la precipitada salida de sus tropas de Afganistán. Tampoco ha querido reunirse a solas con él, lo que dio lugar a la estrambótica conversación caminando por los pasillos en la sede de la OTAN en Bruselas, en el mes de junio del año pasado.
Continúa, pues, el desencuentro entre ambos presidentes, mientras uno de los partidos políticos, que conforma el actual Gobierno, se debate entre el pacifismo de Irene Montero, con el no a la guerra, y la anacrónica añoranza comunista de Enrique Santiago, secretario de Estado para la Agenda 2030, y la sumisión de Rusia y sus regímenes satélites de Pablo Iglesias por los favores debidos en su ascenso político. El asunto ya viene de lejos con el vergonzoso papel de la sentada de Rodríguez Zapatero ante la bandera norteamericana, y de otros exdirigentes socialistas como Moratinos, Ábalos y Bono, al servicio de causas poco edificantes.
Poco edificante ha sido, igualmente, la posición de los partidos ERC y Bildu, los grandes aliados parlamentarios de PSOE Y Podemos en esta legislatura, con quienes dicen compartir visión de Estado y han paralizado en el Congreso de los Diputados la declaración institucional de apoyo a la posición del Gobierno en la crisis de Ucrania que, por ahora, no ha ido más allá del mínimo exigido a un socio leal de la OTAN. Se trata de la incoherencia propia de quienes se guían por sus caminos reduccionistas: América mal, Rusia bien y la OTAN un instrumento de guerra, según Sira Rego, política y nutricionista española, miembro de la dirección federal de IU, ex primera teniente de alcalde de Rivas Vaciamadrid y diputada en el Parlamento Europeo por IU, desde el año 2019. El propio Pedro Sánchez ha estado más preocupado por aparentar, con una foto ridícula, distribuida a los medios por la cocina propagandística del Palacio de la Moncloa, que estaba dirigiendo las negociaciones con nuestros socios, en vez de hacer valer la posición estratégica de España en la OTAN como debería, sin aspavientos y con diplomacia silenciosa.
El presidente del PNV, Andoni Ortúzar manifestó, sobre la preocupante reforma laboral, que el Gobierno de coalición da más valor a determinadas fotos, que a las relaciones con sus socios. Algo que, lamentablemente, también es aplicable a su política exterior y, por consiguiente, España ya no es vista como un aliado fiable.