Ayer martes se celebró San Valentín, uno de los días más significativos del año para el comercio y fecha importante para que los consumidores hagan sus compras en el comercio urbano y de proximidad. Este año las previsiones confirmaban que el 52% de todos los españoles celebraría de alguna manera el día de los enamorados. La previsión media de gasto que se estimaba era de 94 euros por persona en compras en hostelería, flores, restauración, joyas, perfumería, música, libros, ropa, viajes, complementos, etc. La Asociación de Consumidores publicó un estudio que constataba que, de las personas consultadas, el 69% contrataría servicios de hostelería; el 7% compraría flores; el 5%, joyas, y un 13% elegiría regalos como ropa, libros y música. Para un 6% la opción elegida sería una comida o cena en el propio hogar, para lo que realizarían las compras especiales en los mercados municipales y en el comercio de proximidad, porque lo elegido, sin duda, será la calidad en sus productos para disfrutar este día tan especial en casa. Este mismo estudio constata un incremento del 34% comparado con el año 2022 en lo que se refiere a cenas y comidas en restaurantes, por los números de reservas realizadas de mesas para dos comensales.
Los municipios del país se han comprometido en gran manera con el comercio de proximidad. Hay que aplaudir lo que se hace con criterio y gran sentido de la responsabilidad
No podemos olvidar los descontrolados aumentos de precios denunciados por la Asociación de Consumidores en ediciones anteriores por las compras de flores, producto característico y un tanto el símbolo entre los consumidores este día. Esto es debido a la compra que se realiza en puntos de venta descontrolados e ilegales. La prueba es que las flores que se compran en un comercio no han sufrido en absoluto ninguna denuncia, ya que los comercios profesionales y puntos de venta legal controlan los precios abusivos provocados por la venta ilegal. Una venta ilegal que no paga impuestos, ni alquileres, ni energía, ni sueldos, ni impuestos municipales, y que provoca mucho daño, incluso cierres entre el comercio legal, igual que en cualquier sector de la economía sumergida.
Lo importante es lo que hacen los municipios que creen en sus comercios. Mientras, nosotros sentimos envidia sana. Y es que ni teniendo las elecciones a la vista hemos visto nada
Los municipios del país se han comprometido en gran manera con el comercio de proximidad. Hay que aplaudir lo que se hace con criterio y gran sentido de la responsabilidad. Iniciativas de impulso y colaboración extrema para dar el apoyo necesario y responsable al comercio urbano, en fechas limitadas, como por ejemplo ha hecho el ayuntamiento de Elche, que lanza una campaña para la fiesta de San Valentín que redefine la relación entre comercios y clientes. La campaña ‘L’amor modern al comerç de tota la vida’ (El amor moderno en el comercio de toda la vida) es una muy buena iniciativa que une con un toque de humor los conceptos más habituales del amor y las relaciones personales que se llevan a cabo en el comercio tradicional. Por ejemplo, el significado que tiene el término relación abierta, que es la unión entre una tienda y su clienta, que prefiere el comercio local, pero a veces puede caer en la tentación de ir probando de tienda en tienda, o la monogamia como la relación que tiene el cliente con el bar de toda la vida y no quiere cambiar.
Lo realmente importante es la estrecha colaboración que muchos ayuntamientos muestran con el comercio urbano, que es sin duda el que aporta riqueza y trabajo a los municipios. Y, aunque estemos en campaña electoral, sin duda, lo importante es lo que hacen los municipios que creen en sus comercios.
Mientras, nosotros sentimos envidia sana. Y es que ni teniendo las elecciones a la vista hemos visto nada. Ver para creer.
