La depresión: prioridad de salud pública

Cada 13 de enero, el mundo reflexiona sobre una de las enfermedades mentales más extendidas y, a menudo, incomprendidas: la depresión. Este Día Mundial de la Lucha contra la Depresión es un recordatorio de la urgente necesidad de dar visibilidad a esta dolencia, tratarla como una prioridad de salud pública, romper el tabú y combatir el estigma que la rodea. La depresión no discrimina. Afecta a personas de todas las edades, géneros y contextos socioeconómicos. Según la OMS, más de 280 millones de personas en el mundo viven con depresión. En Tarragona, 1 de cada 5 mayores de 15 años la padece. Estos números subrayan la necesidad de actuar con urgencia. La depresión no es una simple tristeza o un mal día. Es una enfermedad mental compleja que afecta cómo las personas sienten, piensan y afrontan la vida cotidiana. Se manifiesta con síntomas como la pérdida de interés, la fatiga constante y pensamientos de inutilidad o suicidio. Y puede costar vidas. Además, impacta también en el entorno familiar, laboral y social. El tratamiento debe ser integral, combinando apoyo médico, psicológico y social. Estudios como el de The Lancet Psychiatry en 2021 demuestran que la terapias psicológica y farmacológica son efectivas, aunque la red de apoyo también es clave. La familia y las amistades pueden ser un salvavidas emocional clave. Así, es vital educarse sobre la enfermedad para saber acompañar a los que la padecen sin juzgar y apoyar en la búsqueda de ayuda profesional. El estigma sigue siendo uno de los mayores obstáculos. Un estudio de JAMA Psychiatry en 2022 reveló que más del 50% de quienes tienen depresión no buscan ayuda por miedo al rechazo. Como sociedad, debemos normalizar hablar sobre salud mental y tratar la depresión con la misma seriedad que otras enfermedades como la diabetes o el cáncer. Es crucial implementar programas accesibles de salud mental que incluyan atención primaria, servicios especializados y apoyo comunitario. También son valiosas las iniciativas que fomenten el bienestar emocional. La lucha contra la depresión es un compromiso colectivo. Hablemos de ella, escuchemos a quienes la padecen y exijamos recursos adecuados. Romper el silencio es el primer paso hacia la esperanza y la recuperación.