Mientras hoy una nueva DANA nos visita en Tarragona, con escuelas canceladas y paralización de la actividad no esencial (notése que la prensa esta vez sí que se ha considerado esencial) creemos necesario entender lo que está ocurriendo. Por qué buscamos respuestas en medios de comunicación y redes sociales poco fiables, donde surgen noticias falsas que nos confunden, atemorizan y aumentan el estrés colectivo. El cerebro es excepcional, pero tiende a la pereza y odia la incertidumbre, ante la que reacciona buscando seguridad y control. Esto se conoce en psicología como necesidad de cierre.
Si reflexionamos sobre nosotros mismos en estos últimos días tras la dana, probablemente reconozcamos haber experimentado emociones que parten de la inseguridad, como la inquietud o el miedo. En estas situaciones críticas necesitamos respuestas rápidas, aunque no siempre vengan de las fuentes más fiables. En momentos de crisis somos más propensos a confiar y compartir información no verificada. Cuanta más emoción suscita una noticia, más probable es que la aceptemos como verdadera sin cuestionarla. Cuando recibimos una noticia, primero hacemos una evaluación emocional rápida, basada en cómo nos hace sentir. Y solo después, si es necesario, realizamos un análisis más profundo para determinar su veracidad.
Sin embargo, esta segunda evaluación requiere mucho tiempo y energía, y nuestro cerebro es perezoso. Así que, cuando una noticia toca nuestra fibra emocional, a menudo nos quedamos con la impresión inicial sin pasar a esta segunda fase más analítica. A esto se le suma que las redes sociales nos obligan a consumir información rápidamente, preparando un cóctel de reacción irreflexiva y desinformación viral: el impulso emocional inicial nos hace confiar y compartir la información de inmediato, dejando la reflexión en segundo plano. Cuestionar nuestras propias creencias y la información que nos llega es una habilidad esencial. Esto implica dudar, pero no descartar de inmediato, permitiéndonos considerar distintas perspectivas antes de tomar una postura o compartir la información. Cultivar el pensamiento crítico y verificar la información no solo protege nuestra tranquilidad individual, sino que también nos permite vivir en sociedad.