El cáncer se vence con más investigación

Shannen Doherty ha muerto de cáncer a los 53 años. No “perdió la batalla”, porque el cáncer no es una guerra, es una enfermedad. No luchó contra el mal, no fue derrotada. Murió porque aún no tenemos terapias capaces de cronificar una enfermedad que no se puede curar, cierto, pero con la que se puede convivir hasta casi olvidarse de su existencia. Pero es una enfermedad que no se cura con sólo la actitud del paciente, con su disposición « a la lucha», al cáncer se lo bate con ciencia, con más investigación, con mejores terapias. Con inversión en investigación. Pública y privada. Esas son las armas.

Brenda, la jovencita de “Beverly Hills 90210”, luminosa compañera de rebelión de una generación, murió porque la investigación no ha dado aún los resultados que se esperan, pero los dará – si se invierte como es debido. Es una cuestión de tiempo y dinero. De políticas dedicadas. Es una secuencia lógica muy simple: si prohíbes la venta de armas a cualquiera, no tendrás a personajes más o menos sinisestros disparando, pongamos por ejemplo, a un candidato presidencial. Si inviertes en investigación científica, tendrás la cura; cuanto más inviertas, más rápidamente la tendrás. Los recortes en sanidad e investigación, al igual que la libre y fácil circulación de armas, producen muertes. Es un mecanismo lineal. A Shannen Doherty le diagnosticaron cáncer de mama en 2015: ese cáncer había desarrollado metástasis en el cerebro y los huesos. Sabemos mucho de lo que le ocurrió porque ella lo contó. En ese sentido sí, luchó. Pero no contra la enfermedad Luchó contra el silencio. Luchar contra un cáncer es como pensar que puedes enfrentarte a un bombardeo aéreo o a un terremoto. con tus manos cubiéndote la cara. No puedes hacerlo solo. Se necesitan políticas, se necesita la ciencia y la política de prevención que te ponga a salvo. Y, quizás lo más importante, ella no tenía acceso a la Sanidad Pública. Pagó por su tratamiento y se arruinó. Aquí lo hubises tenido gratis.