Con permiso de los lectores del Diari, que quizá algunos me den con sospechoso entusiasmo, me tomaré unos días de descanso.
Un paréntesis para ahondar en cómo hemos llegado hasta aquí enlazando las crisis con la pandemia y la guerra. La situación del mundo, si prescindimos de lo que la Semana Santa nos recuerda, se parece a novelas policíacas en las que ya sabemos qué ha pasado, pero no sabemos cómo.
No olvidemos la necesidad de reflexión que nos impusimos al comienzo de la pandemia, no sea que nos pase como a Chesterton. En un tren el revisor le pidió el billete y no lo encontraba en sus bolsillos. El hombre le dijo: «No se preocupe, Sr. Chesterton, le conocemos», y él contestó: «Lo que me preocupa es que no recuerdo adónde voy».