Telefónica y los sindicatos han firmado este miércoles un ERE que prevé hasta 3.421 bajas en la compañía, muchas de las cuales se espera que sean voluntarias, así como un nuevo convenio colectivo que reducirá la jornada laboral a 36 horas.
Las tres principales fuerzas sindicales representadas -UGT, CCOO y Sumamos Fetico- han respaldado los términos del acuerdo al que se llegó a finales de diciembre, tras varias semanas de negociaciones en las que la compañía ha aceptado reducir en más de 1.700 los afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
Desde el próximo lunes, hasta el 9 de febrero, los empleados que cumplan 56 años o más durante 2024 y tengan una antigüedad superior a 15 años podrán adherirse al ERE de manera voluntaria. Tras ese periodo, la compañía tendrá la opción de completar el cupo con bajas forzosas.
El último espaldarazo a los dos documentos rubricados -el plan de despido colectivo y el III Convenio Colectivo de Empresas Vinculadas (CEV) en España, que estará en vigor hasta diciembre de 2026- lo ha dado esta mañana el consejo estatal de CCOO, que ha ratificado los acuerdos por un solo voto de diferencia.
Telefónica se asegura así cierta paz social en un momento clave para la compañía, marcado por la irrupción en su capital de la saudí STC y el anuncio de la entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en su accionariado.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la cotizada detalla que el nuevo convenio permitirá avanzar hacia una compañía «más digital, flexible y preparada para los desafíos futuros», en un «contexto ampliamente competitivo y de profunda transformación».
Telefónica indica que el gasto del plan se estima en una provisión de 1.300 millones de euros antes de impuestos, sin impacto en caja. Los ahorros anuales promedio de gastos directos se situarán en torno a los 285 millones a partir de 2025 y, en cualquier caso, el impacto en generación de caja será positivo desde 2024, agrega.
Condiciones de salida
El grueso de los ceses se hará efectivo el 29 de febrero, si bien el expediente de regulación permanecerá abierto hasta el 31 de marzo de 2025.
La mayoría de las salidas se darán en Telefónica España (2.958), mientras que el resto corresponderá a otras dos sociedades del grupo: Telefónica Móviles (397) y Telefónica Soluciones (66).
Fuentes sindicales consideran que las condiciones pactadas son suficientemente beneficiosas para que muchos trabajadores decidan acogerse al plan.
Los términos para los empleados que se desvincularán de la empresa mejoraron durante el diálogo entre sindicatos y empresa, hasta situarse en niveles análogos a los del plan de bajas que se aplicó en 2021.
El ERE define tres tramos de edad, el primero de ellos para los trabajadores nacidos en 1968 (en torno a 56 años), que recibirán un 68 % del salario hasta los 63 años y un 38 % hasta los 65.
Aquellos nacidos entre 1967 y 1964 percibirán un 62 % del salario regulador hasta los 63 años y un 34 % hasta los 65, mientras que los nacidos en 1963 o antes recibirán un 52 % hasta los 63 y un 35 % hasta los 65.
En estos dos últimos grupos de edad, la compañía también pagará una prima de voluntariedad de 10.000 euros.
Además, la empresa ofrecerá reversibilidad de rentas, abonará el descuento de la seguridad social durante el paro y pagará el seguro colectivo hasta los 63 años, entre otras condiciones complementarias.
Telefónica ha detallado que el plan incorpora ciertos «objetivos» que pueden dar lugar a «límites de adhesión en áreas críticas o desvinculaciones adicionales en áreas con mayor excedente funcional en base a razones de negocio».
Nuevo convenio para tres años
El nuevo convenio colectivo, cuya firma habían ligado al ERE los sindicatos, establece las condiciones laborales de los asalariados de la compañía para los próximos tres años, con posibilidad de prorrogarlo un cuarto más.
El acuerdo contempla una subida salarial del 1,5 %, que se revisará con relación al IPC al final del periodo del convenio, y reduce la jornada laboral desde las 37,5 horas semanales a las 36 a lo largo de los próximos tres años, a razón de media hora por ejercicio.
Mejora asimismo la bonificación por la jornada semanal flexible y otorga seis días de permisos retribuidos para días de «imprevistos y urgentes o de índole personal sin justificación», ha señalado en un comunicado UGT.
También contempla un plan de deslocalización que permitirá a la plantilla «trabajar en modalidad 100 % remoto desde la ubicación que deseen del territorio nacional».
Recoge también el teletrabajo universal dos días a la semana, con «bolsa adicional de días teletrabajables» y posibilidad de cambio y acumulación de días de teletrabajo en épocas como Semana Santa, Navidad y verano.