Sumar no romperá el Gobierno si el ‘impuestazo’ no cuaja: «Habrá otras fórmulas»

El pacto Sánchez-Díaz incluía mantener la tasa a banca y energéticas, algo para lo que se necesita una mayoría simple. El Ejecutivo está negociando incluir alguna reformulación

23 octubre 2024 19:45 | Actualizado a 24 octubre 2024 07:00
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Sumar no romperá el pacto de Gobierno con el PSOE en el caso de que la permanencia del impuesto a la banca y a las energéticas no salga adelante. Así lo han confirmado al Diari fuentes de la formación de Yolanda Díaz, que indican que «habrá otras fórmulas» para llevar a cabo las políticas que pretende el acuerdo del Ejecutivo: «El impuesto se aplicará de una forma u otra», expone el diputado tarraconense Fèlix Alonso.

«Si nosotros rompemos el Gobierno, después vienen la derecha y la extrema derecha; haremos todo lo posible y estamos convencidos de que este Gobierno durará», mantiene Alonso, quien confía en que la ley en la que el Ejecutivo quiere incluir la continuidad del impuesto a la banca y a las energéticas salga adelante: «A lo que se llama ‘impuestazo’, realmente es redistribución económica, y nosotros seguiremos luchando».

«Si nosotros rompemos el Gobierno, después viene la derecha y la extrema derecha», Fèlix Alonso, diputado de Sumar-ECP en el Congreso

La conversión de los gravámenes extraordinarios y temporales en impuestos permanentes es un compromiso del pacto PSOE-Sumar y del plan fiscal remitido a Bruselas la pasada semana.

Este proceso, por el momento, no ha comenzado y es difícil que pueda culminarse antes de final de año –incluso aunque se utilice una proposición de ley o una enmienda en otra ley–, por lo que una opción para evitar que decaigan sería prorrogar una vez más ambas figuras como gravámenes temporales, aunque también esto requeriría del aval del Congreso.

Se sopesa que la tasa aplique un porcentaje sobre los beneficios operativos y no sobre las ventas

Una de las cuestiones clave en la negociación de los futuros impuestos es el detalle su diseño, ya que podrían configurarse de forma distinta a la actual. De hecho, la prórroga de los gravámenes ya preveía que el tributo energético incorporara deducciones para las inversiones estratégicas vinculadas a proyectos industriales y de descarbonización, pero estas quedaron en el aire porque se iban a legislar en los presupuestos de 2024 y estos nunca se aprobaron.

Ahora mismo, según señalan fuentes del Gobierno al Diari, el Ejecutivo está inmerso en negociaciones con empresas y con los grupos parlamentarios. De hecho, según publicaba ayer el diario Expansión, se plantea reformular la tasa y aplicarla al beneficio de todas las energéticas, en lugar de que recaiga solo sobre los mayores grupos.

«El PSOE no quiere negociar nada con el PP y los populares no están dispuestos a negociar nada que haga subir impuestos», fuentes del grupo parlamentario del PP

En esta línea, se sopesa que la tasa aplique un porcentaje sobre los beneficios operativos y no sobre las ventas, como se hace ahora con las energéticas.

Por otra parte, el Gobierno también baraja que las empresas pudieran desgravar una parte de la carga a cambio de reinversión en transición ecológica y economía sostenible. A este debate se ha sumado el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, quien pide que el futuro impuesto sea «lo más neutral posible».

Negociaciones en curso

Todo ello después de que, el pasado martes, la Mesa del Congreso de los Diputados aprobara prorrogar por enésima vez el período de enmiendas al proyecto de ley sobre el ‘Impuesto Complementario para garantizar un nivel mínimo global de imposición para los grupos multinacionales y los grupos nacionales de gran magnitud’, la trasposición de la directiva europea que establece una imposición mínima a las multinacionales.

La conversión de los gravámenes extraordinarios y temporales en impuestos permanentes es un compromiso del pacto PSOE-Sumar

El Ejecutivo quiere incluir la permanencia del denominado como ‘impuestazo’ a través de una enmienda a ese proyecto de ley, por ello, se ha dado unos días más de plazo para alargar la negociación.

Junts y el PNV son los socios que más dudas generan en torno al ‘sí’. Los juntaires manifiestan que, con sus votos, «no se aprobará un impuesto que ponga en riesgo el desarrollo económico y empresarial de Catalunya, y, por lo tanto, no permitiremos que se ponga en riesgo la necesaria transformación y descarbonización del polígono petroquímico de Tarragona por un afán recaudatorio del Estado español», indica el diputado riudomense Josep Maria Cruset. El PNV, por su parte, se ha mostrado menos tajante.

«No permitiremos que se ponga en riesgo la necesaria transformación y descarbonización del polígono petroquímico», Josep Maria Cruset, diputado de Junts en el Congreso

ERC, en cambio, ve compatible defender el ‘impuestazo’ y exigir inversiones a las multinacionales en Tarragona: «En ningún caso es contrario defender el impuesto a las energéticas y a una multinacional con negociar, trabajar y contribuir a mantener puestos de trabajo o condiciones laborales», indican fuentes parlamentarias.

En la otra cara de la moneda, el Partido Popular (PP) expresa al Diari que «el PSOE no quiere negociar nada con el PP y los populares no están dispuestos a negociar nada que haga subir impuestos que dificulten la actividad económica y ponen en riesgo puestos de trabajo».

Por lo pronto, todo parece estar pendiendo del hilo del PNV y de Junts, aliados parlamentarios cuyos votos se hacen imprescindibles para que el Gobierno pueda dar luz verde a la medida que propone. Todo parece indicar que el ‘impuestazo’ cambiará en su propuesta, pero está por ver si las modificaciones acontentan a todos los grupos que deben dar su visto bueno.

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