Dando clase con mis alumnos, surgió una pregunta de un alumno que me encantó: «¿De dónde proceden los beneficios en mi compañía?». Las respuestas fueron diversas, pero todos acordamos que había dos factores clave para que se generen beneficios notables: la inspiración y la innovación.
La inspiración parece proceder de los líderes. Aquellos personajes que no conocíamos cuando empezaron sus empresas pero que hoy nombramos con gran facilidad: Amancio Ortega de Inditex, Juan Roig de Mercadona, Steve Jobs de Apple, Mark Zukerberg de Facebook, Bill Gates de Microsoft, Elon Musk de Tesla, Jeff Bezos de Amazon, Richard Branson de Virgin y tantos otros que son iconos de nuestra sociedad.
Estuvimos discutiendo también largamente sobre la innovación y llegamos a la conclusión de que existe un principio intrínseco, una voluntad primaria, un factor exclusivo en el ADN de las empresas innovadoras que impulsa a todas las personas a estar pendientes, atentos y ser diligentes en la búsqueda de nuevos caminos de mejora, observando la realidad en que se mueven y pensando «¿qué haría ahora yo en esta situación?». Un sentido de propiedad horizontal que mueve a todos en la misma dirección. Es como si tuviesen un motorcito que en vez de decirles que eso es un trabajo y lo que quieres es que llegue el fin de semana, les dice: «es nuestra oportunidad de ser los mejores, tenemos que pensar entre todos en como llegar a ello constantemente y en cada detalle».
La inspiración puede proceder de los líderes. Aquellos personajes que no conocíamos cuando empezaron sus empresas pero que hoy nombramos con facilidadEsta sesión se convirtió en un magnífico colofón de las 21 que la precedieron. Concluimos que la esencia de lo que precisan las empresas para tener un éxito sostenido son la inspiración y la innovación. Y posteriormente, vendrá todo lo demás. Sin esas dos capacidades nos parecía que las empresas tendrían un futuro incierto.
Y seguimos discutiendo ¿de dónde viene la inspiración? Y, ¿qué pasa cuando una empresa no tiene un líder carismático que quiera, sepa o pueda jugar ese rol de personalidad mediática? Parece más fácil que los inspiradores y creadores de nuevos conceptos de empresas sean conocidos al convertirlas en grandes organizaciones como todos los que he citado arriba. No hay nadie entre ellos que haya sido nombrado presidente o consejero delegado de una empresa ya existente y la haya reconstruido, revitalizado y cambiado para convertirla en un ejemplo a seguir y que, como consecuencia, su nombre sea famoso. No puede negarles que a mi me vienen unos cuantos nombres a la cabeza, pero a los participantes, ni uno.
Pero sabemos que ha habido muchas compañías que se han reinventado que han desarrollado capacidades que no tenían gracias a la inspiración de sus líderes y que hoy son admiradas y nos acompañan en nuestro día a día. ¿De dónde les ha venido la inspiración? ¿Cómo han conseguido ese cambio copernicano en el cometido de su empresa?
Coincidimos todos que en el momento en que surgió la necesidad de plantearse el renacer, en que vieron la chispa del cambio, siempre había alguien inquieto que ya lo llevaba pensando y hablando hace tiempo. Uno o varios que decían: «no podemos seguir así» o «debemos escuchar a nuestros clientes» o «debemos ser atractivos para poder contratar a los mejores». Cada una de esas frases llevan consigo cambios estructurales en la forma de liderar y manejar una compañía. Son cambios de modelo, de la forma de hacer de las personas, del orden de importancia de los factores en la estrategia a largo plazo.
Las empresas que salen de la visión a corto plazo acaban prosperandoEmpresas que habían sido dirigidas siempre en función de los resultados a corto plazo que se plantean cambiar su modelo porque no tienen futuro alguno y empiezan a pensar en qué les apetecería hacer cuando sean mayores. Y algunas veces la respuesta es: queremos disfrutar del trabajo, divertirnos cuando estamos aquí y no estar siempre concentrados en el control y reportando. En otras es: debemos ayudar a nuestros clientes a aprender, a ser mejores, a conocer más lo que a nosotros tanto nos gusta. La innovación surge en las empresas que la cultivan. Si no lo hacen, solo un líder carismático podría salvarles y, en muchos casos eso no ocurre.
¿Y cómo se crea ese espíritu de inspiración e innovación en una empresa? ¡Eso va a necesitar otro artículo! Pero si hoy he logrado acercarles a lo que ayer descubrimos poco a poco con mis alumnos y creen que la inspiración e innovación con claves para que sus negocios sean sostenibles en el futuro, ya me sentiría profundamente agradecido.