Antes de que estallara la pandemia y el sector turístico se llevara la peor parte, la habitación media en los hoteles españoles se facturaba a 82,60 euros por noche, según datos del INE. Ahora, tres veranos y miles de millones perdidos por las empresas turísticas después, esa misma habitación se paga a 95 euros, un 15% más. Este dato permite hacerse una idea de la recuperación del sector, que ha superado todas las expectativas.
En cuanto se han acabado las restricciones por la pandemia, millones de turistas extranjeros han vuelto a venir a España buscando el mismo sol y playa de antes. Pero también planes de interior, gastronómicos y culturales en un contexto de "seguridad sanitaria" que antes no se tenía tan en cuenta y que ahora es "básico" a la hora de elegir nuestro país, confirman desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).
La subida de precios ha permitido que el sector hotelero supere en el segundo trimestre los ingresos que tuvo en el mismo periodo de 2019 pese a tener una ocupación ligeramente inferior. Los últimos datos del INE apuntan a que en mayo el gasto realizado por los turistas internacionales alcanzó los 8.023 millones, muy similar al nivel prepandemia. Es más, el gasto medio por viajero fue de 1.152 euros frente a los 1.028 de 2019, un 12% más. Al día, ese gasto medio creció un 26%, hasta los 177 euros.
Con estos datos sobre la mesa, el sector encara un verano muy positivo en términos de ocupación, solo un 3% por debajo de la de 2019; y de facturación, con una previsión de ingresos totales por habitación de hotel un 11% superiores a los prepandemia.
Pero en cualquier caso, la subida de precios turísticos no compensa en su totalidad los incrementos de costes que están teniendo que asumir las empresas. Desde Exceltur, la patronal turística, aseguran que de media los empresarios apenas podrán repercutir un 20% del total de los sobrecostes sobre los clientes. "Pese a la subida de precios y la evidente mejor rentabilidad empresarial, la realidad es que los márgenes son menores y que no se rentabiliza tanto como se podría esperar de este rebote", explica José Luis Zoreda, su vicepresidente ejecutivo.
Zoreda hace hincapié en que el sector "no es generador de tensión inflacionista", como se les está acusando, sino "víctima" de unos sobrecostes energéticos y de materias primas que no están trasladando en su totalidad a los clientes. Según sus cifras, los precios turísticos subieron de media un 7% en junio, frente al 10,2% de tasa de inflación general. Lo que más, los alojamientos, cuyo preció creció un 9,2% en comparación con el mismo mes de 2019. Pero otros subsectores como el transporte aéreo sigue incluso un 3,5% por debajo de los precios de antes de la pandemia.
Unos sobrecostes que el sector hotelero está sufriendo especialmente por su alta dependencia de la energía, y más en los meses de verano. Solo esta partida les ha supuesto aumentar sus gastos un 34%, según datos de Cehat, que apunta a que en general el sector alojativo está teniendo que pagar alrededor de un 25% o 30% más por la alimentación, el alza de la energía y los costes laborales, ya que muchos convenios están ligados al IPC.
Los extranjeros, mayor gasto Las mejores noticias para el sector llegan por el lado del turismo extranjero, actualmente ya casi en tasas de 2019 y con unos ingresos que incluso superan en un 2,8% los registrados ese año, con datos de Exceltur. Entre las razones de esta pujanza se citan las ganas de viajar al exterior tras dos años de restricciones y las "atractivas tarifas" desplegadas para reservas anticipadas.
En este sentido, el turista 'premium' está llegando de nuevo al país y las perspectivas son "alentadoras", confirman desde Turium, organización que impulsa el turismo de calidad en España. Aseguran que incluso destinos poco frecuentes en verano, como Madrid, están registrando altas cuotas de ocupación. Explican que es "sorprendente" cuánto se han acortado los plazos de planificación del viaje y de reservas: "El 'last minute' se ha convertido en la norma general". Y aunque reconocen que la inflación no ayuda, en comparación con otros países "seguimos siendo competitivos" en precios de gastronomía, transporte u ocio para este turista de largo radio y que suele gastar más en su viaje.
El "furor viajero" que se ha desatado no tiene precedentes, asegura el vicepresidente de Exceltur, que cifra en casi 152.000 millones los ingresos para el sector al cierre del año, solo un 2% por debajo de 2019. Por ahora, el mal contexto macroeconómico no está afectando, pero Zoreda reconoce que "el despunte del verano tendrá que convivir con un otoño más complicado". Desde Cehat detallan que la tasa de cancelaciones hoteleras es aún un 19% superior a la de 2019, pero ya se ha reducido a la mitad respecto a la del año pasado.