Si tal y como está previsto el Congreso aprueba en las próximas semanas la primera pata de la reforma de las pensiones ideada por el ministro José Luis Escrivá, en enero entrarán en vigor las nuevas penalizaciones para quienes opten por jubilarse antes de tiempo. Son muchos los que, a las puertas del retiro, se preguntan: ¿Me conviene jubilarme antes de que termine el año o espero a la aplicación de la nueva norma? ¿Saldré ganando o perdiendo?
Esta incertidumbre sobrevuela cada día a cerca de 125.000 trabajadores que tienen 63 años o más y cuentan con una larga carrera laboral de al menos 40 años. Incluso a día de hoy hay más de medio millón de afiliados que, cumplidos los 60, tienen a sus espaldas 40 años cotizados, según se recoge en un informe sobre este tema que entregó Escrivá recientemente a la comisión del Pacto de Toledo. Esas cerca de 525.000 personas podrían decidir abandonar el mercado laboral antes de los 65 años, pero seguirán pagando un precio por ello.
Escrivá ha descartado eliminar los recortes para los que tengan largas carreras de cotización, una petición que reclaman organizaciones como Asjubi40 y UGT. Contra esto se manifestaron ayer en Madrid cientos de pensionistas llegados de toda España, pidiendo que tengan más peso los años trabajados y menos la edad, y mostrando su oposición a la reforma. Y eso que con la nueva ley la pensión media de la jubilación anticipada voluntaria -que se sitúa en 1.670 euros- aumentará un 2,3% si los trabajadores deciden retrasar tres meses su retiro.
En la actualidad, de los casi 1,3 millones de pensionistas que tienen algún tipo de penalización, más de la mitad, 705.000, tenían 40 años de cotización o más. Incluso 811.000 trabajadores con más de 55 años ya acumulan esas largas carreras laborales. Si se suprimieran los coeficientes reductores para este colectivo, que sumaría ya más de 1,5 millones de personas, se incrementaría el gasto anual en pensiones en más de 2.700 millones de euros, lo que acarrearía un gasto futuro de más de 44.000 millones.
Precisamente lo que Escrivá quiere frenar son las prejubilaciones ya que, a su juicio, es la medida más eficaz para contener el gasto. Es por esto que con la nueva norma los coeficientes reductores se endurecen, aunque solo en unos meses determinados.
Esta es una de las grandes modificaciones que entrarán en vigor cuando se apruebe la nueva norma. Otra es que los coeficientes pasan a ser mensuales en lugar de trimestrales. De esta forma, no hay que esperar tres meses para mejorar el coeficiente, cada mes se va logrando una mejora.
Se establecen cuatro tablas de coeficientes reductores para las jubilaciones anticipadas voluntarias. Para aquellos que han cotizado menos de 38,5 años oscilan entre el 21% y el 3,6%. Para quienes tienen carreras laborales de entre 38,5 y 41,5 años, las penalizaciones van del 19% al 3,11%. Para los que han trabajado entre 41,5 y 44,5 años, con coeficientes entre el 17% y el 2,96%. Y, por último, para quienes han cotizado más de 44,5 años, con un recorte que varía entre el 13% y el 2,81%, en función del mes en que decidan adelantar su retiro.