Es la nueva paradoja del mercado laboral español: el auge que están experimentando los despidos colectivos en un momento en el que el empleo se impulsa con fuerza y está en máximos históricos. En 2023, un total de 36.505 trabajadores se vieron afectados por un despido colectivo, cien cada día del año, lo que supone una subida del 50,7% respecto a 2022, una de las mayores alzas de la última década.
Aunque es un número bajo y representa casi la mitad de los que se sucedían en la crisis financiera, puesto que en 2013 el número escalaba por encima de los 70.000, cabe preguntarse a qué se debe. Desde el Ministerio de Trabajo tratan de quitar hierro a esta subida, que consideran está «muy distorsionada» por la cifra tan baja de 2022, de 24.000, pero en este entorno e incluso por debajo se mantuvo también en el periodo de recuperación económica 2015-2018. Y no sucedió así en 2023, con una economía pujante, a la cabeza de Europa.
Detrás de este cambio de tendencia pueden estar varios factores: la mayor rigidez que ha traído la reforma laboral, que ha supuesto un antes y un después en la contratación y un ‘boom’ de los fijos discontinuos; los estragos de la inflación, que ha conllevado un encarecimiento de las materias primas; la subida de tipos en las pymes, que ha encarecido e incluso limitado su financiación; y la espiral de costes laborales, por la subida del salario mínimo y las cotizaciones.
Desde UGT reconocen que, aunque este incremento no les preocupa porque es un número similar al del año 2019 y representa un porcentaje mínimo, puede deberse en parte a una regulación de los contratos que se cambiaron de temporales a indefinidos, lo que ha obligado a las empresas a «hacer un ajuste por todos los estragos que ha traído la inflación o los problemas característicos del sector servicios y el agrario», que son los más afectados. Son precisamente los dos sectores que más uso han hecho de la figura del fijo discontinuo, algo que puede haber contribuido a que las empresas hayan tenido que tirar de ERE para hacer frente a los despidos. Es más, en el campo, donde los fijos discontinuos se han multiplicado por cuatro, los despidos colectivos se han disparado un 140%.
El mayor número de afectados por un ERE pertenecía a empresas pequeñas, de menos de 50 trabajadores, casi el 30% del total. Es más, de las 1.031 empresas que acudieron a este mecanismo de ajuste, el 72% tenían una plantilla de menos de 50 y eran pymes preferentemente del sector servicios que, en su mayor parte, alegaron causas económicas.
Grandes firmas
La tendencia al alza puede verse agravada este año, puesto que grandes empresas como Telefónica, Coca Cola, Danone, H&M, Bimbo y Marina D’Or, entre otras, ya han anunciado nuevos ERE que acometerán en los próximos meses. Y «la situación para un gran número de pymes, que son más sensibles por tener una demanda menos diversificada y contar con menores recursos para innovar y adaptar sus productos, continuará siendo muy compleja», advierten desde Cepyme, que pide un mayor apoyo institucional.
El apunte: Europa, más cerca de fallar a favor de elevar el coste del despido
El Comité Europeo de Derechos Sociales tiene pendiente emitir en las próximas semanas su fallo sobre la reclamación realizada por UGT para elevar el coste de las indemnizaciones por despido. Y, a la vista del último informe publicado la semana pasada, todo hace indicar que su sentencia será favorable, puesto que, en línea con la denuncia del sindicato, advierte que las indemnizaciones por despido improcedente españolas incumplen la Carta Social Europea.