El cierre de las plantas nucleares de Ascó y Vandellòs antes incluso de la fecha prevista por el Estado «es una amenaza que está en el horizonte». Así lo ha alertado el director general de la Associació Nuclear d’Ascó-Vandellòs II (ANAV), Paulo Domingues, en el balance anual ante los medios de comunicación celebrado este martes.
Según ha explicado, un 52,2% del presupuesto de las nucleares se destina a pagar impuestos y tasas a las diferentes administraciones. Los incrementos tributarios de este año, sumados a la volatilidad de los precios de la energía ponen en riesgo la continuidad de las plantas. «A día de hoy está amenazada la rentabilidad de las centrales», ha afirmado Domingues.
Los tres principales impuestos que abonan las tres centrales catalanas suponen un gasto anual de casi 650 millones de euros. Se trata del impuesto sobre el combustible gastado (260 MEUR), la tasa Enresa (222 MEUR), que se ha incrementado en un 30% desde el 1 de julio, y la ecotasa ambiental (161 MEUR) que la Generalitat implantó en 2020 para financiar los fondos de transición nuclear.
A ello se suman unos precios de la energía que han sido nulos algunos meses del año e incluso negativos. Un escenario que obligó a parar la producción en algunas centrales españolas, pero no en las tarraconenses, que han continuado operando con normalidad.
«Estamos al límite de la rentabilidad y podríamos entrar en un escenario poco deseable», ha alertado Domingues. «Esto es un negocio y si nuestros propietarios (Endesa e Iberdrola) ven que las plantas no son rentables, pueden tomar la decisión drástica de cerrarlas antes de tiempo», ha expresado.
Aun así, el director general de ANAV explicó que las centrales de Ascó y Vandellòs han empezado a prepararse para operar a largo plazo. Es decir, más allá de los 40 años de vida útil que se fijó en el momento de la puesta en marcha de los reactores. Cabe recordar que el cierre de las tres plantas activas en la demarcación está establecido entre 2030 y 2035, aunque el debate sobre su prórroga lleva tiempo encima de la mesa.
A partir del año que viene, está previsto que se ponga en marcha la construcción de los Almacenes Temporales Individualizados (ATI), tanto en Vandellòs II como en Ascó. Unas instalaciones clave para garantizar la capacidad de gestionar los residuos generados en las tres plantas hasta el final de la vida útil.
Según Domingues, ese es «el principal reto» que afronta ANAV en 2025. El ATI que existe actualmente en Ascó estará saturado «probablemente» ya en 2025, por lo que es más urgente que nunca la construcción de los nuevos almacenes para garantizar las próximas recargas de combustible.
Actualmente están en licitación ambos proyectos y las previsiones más optimistas es que empiecen a construirse la próxima primavera. Si se cumplen los plazos, el ATI de Vandellòs debería entrar en funcionamiento entre septiembre y octubre de 2026. Desde la puesta en servicio de la central del Baix Camp, todos los residuos generados se almacenan en una piscina del tamaño de una pista de baloncesto. Unas instalaciones que están al límite de capacidad. En el caso de Ascó, el nuevo ATI que se sumará al actual debería estar operando antes de octubre de 2027.