Las estaciones de servicio no están aprovechando la aplicación del descuento de 20 céntimos de euro por litro habilitado por el Gobierno para subir el precio de los combustibles y generar más ingresos. Esa es la conclusión a la que ha llegado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a través de los informes periódicos que elabora tras supervisar los costes hasta el mes de mayo.
La Comisión concluye que de forma general «el mercado de distribución de carburantes a través de las estaciones de servicio parece estar trasladando la bonificación al consumidor». El informe destaca, además, que «no descarta» que «alguna estación de servicio individualmente haya absorbido una parte» de la ayuda del Gobierno y haya incrementado sus márgenes. Pero, añade, son casos puntuales y no generalizados.
Este análisis llega después de las sospechas advertidas por asociaciones de consumidores e incluso el señalamiento realizado por la vicepresidenta Nadia Calviño hacia las petroleras, advirtiéndoles de que si aprovechaban esta coyuntura se actuaría contra ellas.
Sin embargo, Competencia considera que «los márgenes acumulados en los cinco primeros meses de este año son muy similares al margen bruto medio de 2021», indican en el organismo presidido por Cani Fernández. «Y ello a pesar de que este año hay nuevas obligaciones en materia de carburantes», añaden. Ese margen medio es del 11,2% por cada litro de gasolina y superior al 14% en el diésel, porcentajes similares a los del año pasado, antes de la invasión rusa de Ucrania.
La CNMC advierte que la alta volatilidad de las cotizaciones internacionales de los carburantes «aconseja cautela» a la hora de evaluar los comportamientos de los precios de los combustibles y de las ganancias generadas por las compañías hasta el pasado mes de mayo. Porque «registran oscilaciones tanto a al alza como a la baja, en función del mes evaluado».
Los datos acumulados en esta primera semana de julio ya apuntan a un cambio de contexto, al menos por ahora, en materia de combustibles. Después de que el barril de Brent haya caído un 20% en una semana hasta los 100 dólares, los precios de los combustibles empiezan a reflejar estos descensos pero de forma lenta. Es el temor al denominado 'efecto cohete y pluma': la percepción de que los precios suben rápidamente y bajan poco a poco.
En este sentido, la CNMC apunta que lo que hay «es un decalaje» entre el momento en el que el petróleo cae y esa realidad se refleja en el surtidor. «Con las volatilidades que hay ahora mismo, es imposible» trasladarlo rápidamente, casi al instante, apuntan en el organismo.
El precio del gasóleo y de la gasolina ha bajado ligeramente esta semana, aunque se mantienen por encima de los dos euros el litro, cota que superan desde hace ya varias semanas. El coste del litro de gasolina se ha situado en los 2,11 euros, tras registrar una bajada del 0,75% con respecto a hace siete días, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Acumula ya dos semanas consecutivas de descensos. En el caso del diésel, el precio medio del litro se ha situado esta semana en los 2,076 euros, tras registrar una bajada del 1,14%, por lo que se trata de la primera vez que se relaja desde finales de mayo. Contando con esa subvención, el precio del litro de gasolina sería 9 céntimos más caro que en la última semana de marzo (1,818 euros), antes de que se comenzara a aplicar el descuento, con lo que el encarecimiento registrado por este carburante desde entonces ha absorbido toda la ayuda. El diésel, al aplicar la rebaja de los 20 céntimos por litro, su importe sería casi cuatro céntimos superior al precio que marcaba a finales de marzo.