La automoción redobla su apuesta por los híbridos y pide ayuda contra China

El frenazo en la venta de coches eléctricos obliga a los fabricantes a revisar sus planes. Hasta mayo, su cuota era solo del 4,5%, por debajo de la de 2023

09 junio 2024 23:17 | Actualizado a 10 junio 2024 07:00
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El estancamiento en las ventas de coches eléctricos ha encendido las alarmas en Europa. Sobre todo porque el Viejo Continente mantiene el ambicioso objetivo de vetar en 2035 la venta de los coches que no sean cero emisiones, con lo que solo se podrán matricular eléctricos puros, de hidrógeno o aquellos movidos por combustibles sintéticos (en su creación captan tanto CO2 como el que emiten después).

Ante el frenazo, los fabricantes revisan sus planes y potencian los modelos híbridos no enchufables, que son los más exitosos en esta etapa. Pero a la vez tienen que mantener la carrera por ser competitivos en el vehículo eléctrico ante sus rivales chinos, que han invadido el mercado y tienen planes para fabricar en Europa a precios imbatibles. La industria pide al nuevo Gobierno europeo más apoyo en esta encrucijada.

Los datos de matriculaciones en lo que va de 2024 no dejan lugar a dudas de que se ha producido un alto en el camino. Por primera vez la cuota de eléctricos e híbridos enchufables no crece e incluso cae respecto al año anterior. En el conjunto de la UE su peso entre enero y abril era del 12% y el 7,2%, respectivamente, ligeramente por debajo del mismo periodo de 2023. Mientras, los híbridos no enchufables han disparado su presencia del 22,7% al 29%.

En España, que va con retraso en la electrificación respecto a la media, las cifras son aún más preocupantes. Hasta mayo, la cuota de los eléctricos era solo del 4,5% y la de los enchufables del 5,9%, por debajo de la de 2023. El motivo es que sus ventas crecen pero lo hacen de forma tímida frente a unos híbridos disparados, que ya concentran el 36% de las matriculaciones y subiendo.

Los fabricantes, que acumulan inversiones por 250.000 millones en esta transición, están revisando sus planes. Mercedes-Benz confirmaba a principios de mayo que abandonaba su objetivo de electrificarse para 2030 y que «seguirá fabricando vehículos híbridos y de motor de combustión hasta bien entrada esa década si existe demanda». Asimismo, la ‘joint venture’ que tiene con Stellantis ha anunciado un reajuste en los plazos para la puesta en marcha sus plantas de baterías en Alemania. Otro caso es Ford, que suspendió a finales del año pasado sus planes de electrificación para Europa y fabricará en Almussafes un coche multinenergía con versión híbrida en vez del modelo eléctrico previsto.

Hace solo unos días Volkswagen anunció su intención de sacar al mercado vehículos eléctricos de 20.000 euros en 2027 y trabaja en varios modelos de 25.000 euros para 2025. Otras marcas europeas se han aliado con fabricantes chinos bajo esa máxima de que ‘si no puedes con tu enemigo, únete a él’. Así Stellantis comunicó recientemente que comercializará desde septiembre coches de su socio Leapmotor.

Caros y sin enchufes

La patronal de los concesionarios, Faconauto, apunta en primer lugar como causas de la escasa venta de coches eléctricos al alto precio de los electrificados, que los mantiene fuera del alcance de los usuarios. «Es muy posible que los que podían permitirse comprar uno ya lo han hecho y por eso se ha producido el frenazo», dicen en la asociación, que piden incentivos mucho más potentes para facilitar el cambio. Ponen como ejemplo a Navarra, que permite deducirse en el IRPF un 30% del precio, el doble que en el régimen común. También reclaman que se actualice y agilice el plan de ayudas Moves, que vence el 31 de julio y contempla subvenciones de hasta 7.000 euros por vehículo.

Otro importante freno es la falta de red de recarga. La imagen de las colas de Tesla en Semana Santa no hizo sino agravar la desconfianza. España acumula un importante retraso, con solo 32.422 electrolineras al cierre de abril cuando debería llegar a 63.500 este año. Pero es un problema generalizado en la mayoría de la UE, lo que agrava la cuestión.

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