La empresa reusense Invall, con más de 50 años de trayectoria, sigue con su objetivo de avanzar en el terreno de las energías renovables, así como participar en los proyectos que busquen las maneras más sostenibles de producir energía. En estos momento, resaltan su implicación en un proyecto relacionado con la construcción de la depuradora de la empresa Aitasa, Aguas Industriales de Tarragona S.A..
La sociedad reusense empezó siendo un despacho de arquitectura y fue ampliando servicios, centrándose en dar solución a los diferentes retos de ingeniería que se les iban presentando. Más adelante, se expandieron por el resto de la Península. El equipo humano al frente de Invall, ha trabajado tanto para el sector público como el privado y, de manera notable, en el tratamiento de aguas en la zona del Camp de Tarragona.
“Invall tiene dos frentes de trabajo principales. Por un lado está el agua y, por el otro, la energía fotovoltaica y eólica. Son campos muy extensos, donde pueden surgir oportunidades laborales de futuro. El campo de las energías renovables está atrayendo una inversión muy potente y nuestra empresa adapta sus procesos a este factor”, recuerda el socio administrador de la empresa, Jordi Bessa.
Uno de los proyectos relevantes para Invall es el que tiene que ver con la construcción de la depuradora de Aitasa, con la que han trabajo durante muchos años. “Nos centramos en el cumplimiento de la normativa como unidad de vertido de agua”, resuelve. De hecho y cómo se apuntaba al principio, esta línea de trabajo la llevan gestionando desde sus inicios.
“Cuando emprendimos en Rumanía, no sólo nos dedicábamos a la ingeniería de depuración de aguas químicas e industriales. Lo hacíamos todo. Esto requiere un grado de especialización, que no subcontratamos. Creemos, por otro lado, que el vector del agua es muy estable”, manifiesta. Y es que presumen de disponer de un equipo humano con un conocimiento amplio y transversal, rasgo que les permite solucionar todo tipo de retos a unos honorarios competitivos, adecuados a las peticiones de múltiples sectores.
Bessa destaca, también, que tienen en marcha un proyecto industrial con una empresa hidráulica, relacionado con el reaprovechamiento de caudales ecológicos para que se puedan turbinar, y de esta manera, generar energía. Ésta es otra de las funciones que profesa Invall a sus clientes.
Para todo tipo de industrias
Invall trabaja para todo tipo de industrias: las papeleras, las de logística, las mineras y las agroalimentarias, entre otras. Construyen naves logísticas industriales y dan respuesta todo tipo de necesidades que genera la ingeniería del día a día, y lo realizan tanto en el territorio como en todo su ámbito de influencia. Prueba de ello, es un contrato conseguido en Miranda de Ebro. De esta manera, reafirman su presencia e implicación en dicho sector, en el ámbito privado en este caso.
Entre otras de sus funciones, desde la empresa se realizan también estudios de viabilidad, legalización de documentos, gestión de licencias, supervisión de obras y de trabajos previos, así como la realización de estudios previos; ejecución de obras, incluyendo el servicio de entrega de llaves en mano. Es decir, un servicio integral, en la medida de lo posible y según lo que pueda necesitar el cliente. En este sentido, Bessa pone el acento a la importancia de tener una sólida agenda de contactos, un rasgo que los ayuda a generar sinergias. “No tenemos paletas, pero si un cliente nos lo consulta, seguro que le conseguiremos un contacto de confianza”, expresa.
En el terreno de la supervisión de obras, Invall por ejemplo, supervisa –a día de hoy– la fabricación de unas marquesinas metálicas (fabricadas en Portugal) de una estación de ferrocarril de alta velocidad en Bélgica.
Afianzar delegaciones
Uno de los objetivos de la empresa de la capital del Baix Camp, es afianzar las delegaciones que tienen en Bilbao, A Coruña y Zaragoza. Cabe decir que, en Galicia, intentan abrirse mercado en la administración pública.
A pesar de la pandemia, el volumen de colaboraciones y su participación en proyectos no se ha visto del todo afectado. “A nivel interno, hemos aprendido a teletrabajar, han sido de gran ayuda las tecnologías. Estamos satisfechos. Quizá no hemos podido viajar, como era lo habitual en nuestro trabajo, pero reunirse telemáticamente no ha supuesto inconveniente. Nuestra ocupación, sin embargo, tiene una parte presencial insustituible, trabajamos delante de los planos y lo telemático siempre ralentiza algunos procesos y tareas”, añade.
En el campo petroquímico, Bessa recalca los equipos residentes en la industria. Es el caso de Repsol y Basf, desde donde los trabajadores de Invall desempeñan un apoyo directo, además de algún proyecto puntual.