Informe Draghi: un plan para que la UE compita con EEUU y China

El informe elaborado por Mario Draghi sienta las bases para la nueva política de innovación, industria y autonomía estratégica que prepara la Comisión Europea

16 septiembre 2024 14:26 | Actualizado a 16 septiembre 2024 18:16
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No es otra publicación más entre tantas que se elaboran en Bruselas. El informe Draghi lleva un sello de autor. También de encargo. Es la tarea que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, le encomendó hace un año a Mario Draghi para tener una fotografía fiel de la situación que atraviesa la economía europea, con un análisis estratégico de las perspectivas de futuro y propuestas concretas para mejorarlas.

El resultado, presentado el pasado 9 de septiembre, es un informe de más de 300 páginas titulado El futuro de la competitividad europea que expone de manera cruda una realidad conocida, pero todavía no asumida por la sociedad europea: el mundo ha cambiado y Europa se ha descolgado de EEUU y China, que aumentan su distancia.

Lo que nos lleva, en palabras de Mario Draghi, a un «desafío existencial». Si la Unión Europea no acomete un «cambio radical», estará amenazado su modelo social de derechos y libertades, de Estado del Bienestar.

«Llevar a la práctica este informe va a ser lo difícil» (Begoña Castro, CEC)

El informe Draghi no va a quedar en un cajón. Mario Draghi es una leyenda en la Unión Europea: es ‘Super Mario’, ‘Mister Whatever it takes’, el salvador del euro. La persona que, al frente del Banco Central Europeo (BCE), anunció que la institución que presidía haría lo que hiciese falta para evitar que la crisis de deuda de 2011 acabase con el euro. Y lo logró.

Ahora, su informe debería sentar las bases para relanzar la competitividad europea (con el foco puesto en la innovación, la industria y la autonomía estratégica) y salvar con ello nuestro modelo social. Propone destinar a este fin hasta 800.000 millones de euros al año de inversión adicional. Alrededor de un 4,7% del PIB de la UE en 2023. Más del doble de lo que supuso el Plan Marshall.

El próximo paso es aterrizar este informe, para convertirlo en el Plan Draghi. ¿Qué recorrido le espera ahora?

Begoña Castro, presidenta del Grup d’Assessors en inversions financeres del Col·legi d’Economistes de Catalunya (CEC), destaca algo que, no por obvio, carece de importancia: «Es Mario Draghi».

Las connotaciones de esta constatación son, en primer lugar, que «Mario Draghi ha hecho un informe de unas cosas que ha visto en primera persona. No habla de aquello que no sabe, sino que lo hace con conocimiento de causa, y dice cosas muy concretas. Habla de energía, del sector militar, del farmacéutico, de infraestructuras... sectores básicos para que la economía ruede y la sociedad tenga bienestar, con datos muy concretos y soluciones muy concretas», asegura esta economista.

«Si Europa no quiere perder el tren definitivamente, no hay más alternativa que tomar cartas en el asunto» (Carlos Reinoso, Alianza por la Competitividad de la Industria Española)

«Muchas de las cosas que propone -prosigue- son la idea original de la Unión Europea, y pienso que Ursula von der Leyen ha sido inteligente encargando a Mario Draghi este informe. Pero ahora se necesita una unidad europea, para llevarlo a la práctica, que no está. Llevarlo a la práctica va a ser lo difícil».

Uno de los pilares sobre los que el informe Draghi propone sustentar esta mejora de la competitividad europea es su tejido industrial. En ese futuro Plan Draghi, la industria tiene mucho que decir.

Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española (constituida por diversas asociaciones empresariales sectoriales que, juntas, representan alrededor del 60% de la producción industrial española), elogia también el trabajo realizado por Mario Draghi: «Es un informe doloroso, valiente y acertado, que dibuja un panorama desolador de la competitividad europea».

«El valor de este informe -prosigue Carlos Reinoso- es que lo dice quien lo dice, y se lo dice a quien se lo dice. Lo que pone sobre la mesa es un diagnóstico muy crudo, pero también cuáles son las medidas para reconducirlo. Nadie había hecho esto antes. La conclusión es que, si Europa no quiere perder el tren definitivamente, no hay más alternativa que tomar cartas en el asunto».

«Más allá de las medidas -destaca Carlos Reinoso-, de si son estas u otras, lo primero es el convencimiento de que hay que hacerlo, y que el impulso de la competitividad debe ser en un marco europeo. El primer mensaje es esa llamada a la acción y el convencimiento de que lo vamos a hacer».

«Mover el transatlántico de Bruselas es complicado» (Juan Antonio Labat, Feique)

En relación a «las áreas en las que sí o sí hay que actuar, una de ellas -defiende Carlos Reinoso-, como no puede ser de otra manera, es la del coste de la energía», donde «es perentorio encontrar una solución».

«Otra cosa fundamental -añade- es que se ha roto el tabú de la creencia ciega en el libre comercio. No es suficiente que Europa sea adalid de la libre competencia si nuestra contraparte no cumple las reglas».

«El tercer elemento -prosigue Carlos Reinoso- es la absoluta necesidad de incrementar nuestra agilidad, de simplificar burocracia». En este punto, el informe «extrae conclusiones claras de la reacción al IRA (Inflation Reduction Act) americano y en qué medida el [instrumento] Next Generation EU ha sido una respuesta suficiente y adecuada, todo dentro de un corsé de gestión muy estricto».

«Lo que de alguna forma propugna -destaca- es que hace falta un plan de una ambición como nunca se ha visto. Y, frente a esto, instrumentos públicos que apalanquen la inversión privada. Todo, dentro de un esquema europeo, porque el futuro solo pasa por la consolidación del mercado único. Si no es con financiación europea, no se puede hacer».

Por último, Carlos Reinoso destaca que, desde la organización que representa, «estamos convencidos de que un futuro que posibilite dar seguridad a nuestro concepto de Europa pasa por reforzar nuestras capacidades industriales».

También desde la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), su director general, Juan Antonio Labat, destaca el papel central de la industria en este futuro Plan Draghi, que cree que será la base de la legislatura europea que arranca este curso. «El retraso del anuncio de la nueva Comisión Europea tiene que ver con este informe», asegura Juan Antonio Labat, que avanza la posibilidad de que en ese equipo de nuevos comisarios europeos figure una nueva comisaría de Industria y Autonomía Estratégica, «que en mi opinión sería vital».

Sea como sea, augura que la tarea de impulsar un plan así de ambicioso no va a ser fácil: «Ponerlo en práctica va a ser difícil, porque mover el transatlántico de Bruselas es complicado». Como ejemplo, pone la agilidad y los resultados obtenidos por el IRA estadounidense frente a las dificultades burocráticas que ha acarreado el instrumento Next Generation EU.

«Hace falta más pragmatismo, más visión, más sector privado y mucha menos regulación» (Sergi Novo, Clúster TIC Catalunya Sud)

Sergi Novo, gerente del Clúster TIC Catalunya Sud, coincide en que «este informe es un gran toque de atención para todos: si Europa no espabila perderá el tren económico global y en menos de lo que pensamos pasaremos de ser el continente de referencia a uno de los últimos vagones mundiales».

Entrando en el detalle del informe, Sergi Novo destaca que «me gusta especialmente el énfasis que pone en la necesidad de potenciar la innovación y reducir la brecha tecnológica respecto a los EEUU y China».

«Europa -prosigue Sergi Novo- debe invertir urgentemente en sectores emergentes como la Inteligencia Artificial y la computación cuántica para mantener la competitividad global y apoyarse mucho más en el sector privado, así como ya realizan sus dos grandes competidores».

«Debemos poner fin -añade- a esa frase que dice que, ‘ante toda gran tecnología, EEUU innova, China replica, Europa regula’. Penalizamos la innovación a base de obstáculos legales e impuestos».

«Hace falta más pragmatismo, más visión, más sector privado y mucha menos regulación», concluye Sergi Novo.

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