Sin duda una de las inversiones más sonadas en la provincia de Tarragona es la que ha iniciado en Mont-roig del Camp la tecnológica surcoreana Lotte Energy Materials (antes Iljin), especialista en la fabricación de láminas ultrafinas de cobre (Elecfoil) para las baterías de litio, -subsidiaria de Lotte Chemical y del gigante Lotte Group, uno de los grandes conglomerados mundiales de venta de productos químicos-, que inicialmente supera los 400 millones de euros y prevé la creación de hasta 200 puestos de trabajo directos en una primera fase. En función del comportamiento del mercado, esta fábrica podría ser la primera de un conjunto de tres.
Pese a un retraso acumulado de aproximadamente un año por los trámites administrativos, el proyecto continúa avanzando en el polígono Els Comellarets. Lotte Energy se ha visto obligada a demorar hasta el 2027 la puesta en marcha de la primera planta.
Según el alcalde del municipio, Fran Morancho, el inicio de las obras se prevé en el segundo trimestre de 2025, una vez finalice toda la tramitación administrativa. Después de que el pasado 25 de septiembre la Comisión Territorial de Urbanisme del Camp de Tarragona aprobara definitivamente el cambio del Plan General de Ordenación Urbana Municipal (POUM), el Ayuntamiento de Mont-roig ha rechazado todas las alegaciones y ha dado luz verde este mismo mes al Plan Parcial ‘SUD-4 de Dinamització Econòmica Els Comellarets’. La superficie total del sector es de 44 hectáreas, con más del 70% para suelo industrial.
Las dudas de Repsol
Sin contabilizar esta gran inversión de Lotte Energy, -una de las más importantes en Cataluña en la última década-, que ha llamado poderosamente la atención a nivel nacional e internacional, Tarragona acumula desde la etapa post-pandemia cerca de 1.500 millones en inversiones industriales comprometidas, según reflejan los datos de Acció. No están lejos los casi 1.700 millones invertidos en el quinquenio 2017-2021 y siguen por encima de los algo más de 800 de los cinco años anteriores (2012-2017).
Destaca por su cuantía el proyecto de Ecoplanta de Repsol y Enerkem que la petrolera acogerá en El Morell para crear sinergias dentro de su complejo industrial: se trata de la primera instalación en España y la mayor de Europa capaz de transformar residuos sólidos urbanos no reciclables en metanol, materia prima para plásticos y biocombustibles.
La construcción de la Ecoplanta por parte de la compañía Repsol, presupuestada en unos 800 millones de euros, y el mayor electrolizador de España para producir hidrógeno verde, -asociado a esta planta-, con 150 MW de capacidad y 300 millones de inversión, siguen pendientes del ya famoso ‘impuestazo’ a las energéticas.
Aunque el consejero delegado de la multinacional Repsol, Josu Jon Imaz, ha querido zanjar la cuestión con un tajante «el problema se ha terminado» que da luz verde a sus equipos para ejecutar las inversiones planeadas en España, los principales agentes económicos de Tarragona no olvidan que los casi 1.100 millones de euros previstos se han salvado más por la aritmética parlamentaria (con los votos decisivos en contra de Junts y PNV) que por un giro en la estrategia económica del Gobierno.
La jornada anual de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), celebrada la semana pasada, ha servido de altavoz a la patronal para reclamar seguridad jurídica para competir en condiciones de igualdad con otros ‘sites’ europeos.
Además de Lotte Energy y Repsol, las grandes inversiones en el territorio, y especialmente en las Terres de l’Ebre tienen nombre propio: Kronospan.
Clúster de la madera en las Terres de l’Ebre
Esta compañía de matriz austríaca, con 50 plantas de producción en todo el mundo y una plantilla de más de 15.000 trabajadores, ultima el proceso para poder operar antes de que finalice 2026 con una segunda línea de producción en Tortosa y L’Aldea.
La inversión estimada ronda los 150 millones de euros y permitirá crear 75 nuevos empleos para producir tableros de partículas orientadas (OSB).
La multinacional comenzó a construir su primera planta de producción en Tortosa en 2021 con una inversión inicial de 180 millones de euros.
Con el nuevo proyecto, la apuesta de Kronospan en el sur de Catalunya supera ya los 600 millones de euros y los 250 puestos de trabajo directos. Según la compañía, su actividad en el Baix Ebre también supondrá la generación de 1.500 empleos indirectos adicionales.
Aunque la compañía Kronospan no condiciona su plan estratégico a la exportación por ferrocarril, la ampliación de la capacidad productiva coincidiría con la puesta en marcha del ramal ferroviario del polígono Catalunya Sud hasta el Corredor del Mediterráneo.
El desarrollo en Tarragona, con un complejo de más 25 hectáreas, pretende convertir el área de influencia de Tortosa en el epicentro de un gran clúster de la madera en el sur de Catalunya.
Por el momento, según informa la propia empresa, la primera fase ya está en pleno rendimiento y trabaja con madera totalmente reciclada procedente de muebles domésticos en desuso.
Efecto tractor de los fondos Next Generation UE
Con las conclusiones del reciente informe Draghi sobre la competitividad de Europa, reclama desde hace años estímulos que permitan ampliar la colaboración público-privada. Los fondos Next Generation UE han servido de palanca, al menos parcialmente, para atraer proyectos de gran envergadura.
El plan de desarrollo del vehículo autónomo que impulsa Applus Idiada desde Santa Oliva (Baix Penedès) ha sido preseleccionado entre las 27 propuestas estratégicos -al igual que el ‘Valle del Hidrógeno de Catalunya’ que lideran la URV y la AEQT- que ha planteado la Generalitat en Madrid como candidatas preferenciales a los fondos europeos Next Generation.
El Govern valora este enorme reto tecnológico en casi 1.250 millones de euros. La idea es proveer a la industria automovilística de soluciones punteras de conectividad que conviertan a Catalunya en un referente.
También merece la pena recordar el proyecto ‘Calípolis Next Generation’, que lideran el Port de Tarragona, Repsol, el Ayuntamiento de Vila-seca y Aitasa. En total, casi 350 millones de euros para una iniciativa que aglutina una docena de proyectos de desarrollo, -algunos ya planificados y en trámite de ejecución-, con la idea de transformar por completo el área de La Pineda más cercana a la bocana del puerto industrial.
El contradique de Els Prats, la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), la desaparición de la monoboya de Repsol y la regeneración del espacio natural son algunas de las acciones más destacadas.
Goteo inversor constante de la industria química
El análisis del mapa inversor en el sur de Cataluña requiere obligatoriamente una parada en el polo petroquímico de Tarragona, con un goteo anual de operaciones relevantes, no tanto en nuevas plantas de producción como en la optimización de las instalaciones existentes.
El mantenimiento de la competitividad en un mercado global tan exigente requiere una planificación presupuestaria que se traduce puntualmente cada año en decenas de millones en recursos técnicos y humanos que llegan sin hacer demasiado ruido. Tanto Dow como BASF o Repsol, por citar sólo los complejos industriales más grandes, se han significado especialmente dentro de su objetivo de cero emisiones netas en 2050, y ello requiere una inyección económica constante en la renovación de equipos para hacer más sostenibles sus procesos.
Uno de los gigantes con presencia en Tarragona que ha copado más titulares es Covestro, antigua división química de Bayer, que el año pasado culminó una inversión de 200 millones de euros destinados a una pionera planta para la producción de cloro a escala mundial.
El mes pasado la multinacional germana anunció que va a invertir otros 50 millones de euros en su planta de Tarragona para mejorar el proceso productivo de MDI, un compuesto necesario para fabricar la espuma rígida de poliuretano que se utiliza en múltiples aplicaciones.
Esta partida les permitirá introducir tecnologías de última generación para un ahorro energético mínimo estimado en 72.000 MWh anuales, con una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de cerca de 13.000 toneladas de CO2 al año.
Directamente ligada a la renovación de los polígonos petroquímicos y a los nuevos productos que allí fabrican se enmarca la ampliación de la capacidad de almacenaje de Vopak Terquimsa, compañía logística líder en el Mediterráneo occidental, que prevé acabar antes de final de año los trabajos de ingeniería para el desarrollo de su cuarta fase de ampliación en el muelle de la Química del Port de Tarragona.
En total serán 45.000 m3 nuevos que se materializarán en dos fases, la primera de unos 25.000. Desde 2017, y con este nuevo proyecto, Vopak Terquimsa habrá sumado en Tarragona casi 100.000 m3 más de capacidad -hasta cerca de los 500.000- y una inversión que supera los 70 millones de euros.
«Estamos terminando la ingeniería de detalle, que esperamos que esté aprobada por el Consejo de Administración en el 2025; a partir de ahí, calculamos unos 10 meses para los permisos y licencias necesarias, y de 10 a 12 meses para la construcción de las instalaciones, por lo que estamos hablando de operar con una infraestructura altamente especializada a finales de 2026», avanza el director comercial de la compañía, Josep Forcadell.
El crecimiento de la capacidad de Vopak Terquimsa, que mueve cada año unos 2,5 millones de toneladas, está directamente vinculado al aumento de los flujos de químicos esenciales para la producción en Tarragona, así como al desarrollo de nuevos productos de baja huella de carbono. Además, incide la decisión de compañías como Covestro, que ha escogido Tarragona para la exportación de cloro hacia el mercado global.
«Estamos muy atentos -expone Forcadell- a los desarrollos industriales y a las nuevas producciones; hay dos factores que inciden en nuestra estrategia: por una parte se está recomponiendo el mapa industrial de la UE, y las plantas pequeñas poco integradas están cerrando, lo que genera más importación de Oriente Medio y Estados Unidos por un déficit de materias primas... En segundo lugar, la descarbonización de la industria abre oportunidades con flujos nuevos de productos ‘verdes’, y nuestro objetivo es facilitar el movimiento de estas sustancias -metanol verde, bioetanol...- altamente eficientes y muy necesarias».
«La ampliación, que incorpora la tecnología más avanzada en automatización y seguridad industrial, está completamente alineada con nuestra estrategia de crecimiento en enclaves químicos industriales y desarrollo de proyectos relacionados con las nuevas energías y la economía circular», valora Eduardo Sañudo, director general de Vopak Terquimsa: «Es una apuesta definitiva por Tarragona como enclave para el almacenamiento de químicos en el sur de Europa, y nos consolida como el socio de referencia de la industria petroquímica en su proceso de descarbonización».