Oxaquim, primer fabricante europeo de ácido oxálico y segundo a nivel mundial, con sede en El Catllar (Tarragonès), sigue creciendo en Aragón, donde invertirá hasta 44 millones de euros en la ampliación de la fábrica que posee en Alcañiz (Teruel) y la construcción de una nueva planta en el municipio de Andorra (Teruel), donde producirá ácido oxálico, un componente estratégico para impulsar la nueva movilidad eléctrica, generación de energía verde y transformación digital.
Lo explica Marc Miquel, CEO y tercera generación de esta empresa familiar fundada en la década de los años sesenta en Tarragona por Josep Maria Miquel Huguet: «Las aplicaciones históricas del ácido oxálico -un producto obtenido a partir del azúcar- han sido el abrillantado de mármoles, la utilización en la fabricación de antibióticos, el curtido de pieles, la industria textil, del corcho o de los fertilizantes... y así hasta dieciséis sectores. Recientemente, sin embargo, ha empezado su aplicación en otros sectores estratégicos, como las baterías de coches eléctricos, la industria eólica, los smartphones o la industria de defensa».
Estos nuevos sectores de crecimiento son los que han llevado, junto a su posición de liderazgo en Europa, a proyectar unas necesidades sin precedentes de este producto en el mercado industrial, donde Oxaquim es hoy el primer productor de ácido oxálico de Europa y el segundo a escala mundial, solo por detrás de un productor situado en China.
En plena relocalización de las industrias estratégicas en Europa y los EEUU, disponer de ácido oxálico de proximidad y con una cadena de suministro fiable aparece hoy como una prioridad, que esta empresa tarraconense espera aprovechar.
Porque el ácido oxálico se utiliza, entre otras aplicaciones, para purificar las tierras raras, una materia prima imprescindible (y, por lo tanto, estratégica) en la industria del coche eléctrico, los smartphones, la energía eólica o la industria de defensa, donde la Unión Europea quiere, en todos los casos (y, por primera vez en décadas, también en la industria de defensa), reforzar su posición industrial.
Circularidad
La oportunidad para Oxaquim de convertirse en un proveedor estratégico para estas industrias se refuerza, en el caso de la Unión Europea, gracias a sus desarrollos tecnológicos propios, que se lideran desde Tarragona, mediante los cuales han logrado reducir notablemente la huella de carbono de su proceso industrial, acercándose a una circularidad de la que distan mucho hoy sus competidores emplazados en China e India, los otros dos lugares, a escala global, donde se produce ácido oxálico.
«Somos la única industria de ácido oxálico en el mundo -asegura Marc Miquel- que no contamina, y nuestro potencial de crecimiento pasa porque no contaminemos». La clave está en el ciclo de carbono del azúcar, donde las plantas del que se saca este azúcar (la remolacha y la caña de azúcar) son de las que más CO2 captan por hectárea durante su ciclo vital.
El proceso industrial de producción de ácido oxálico más tradicional, sin embargo, terminaba liberando a la atmósfera gran parte del CO2 captado por esas plantas, mediante el consumo de azúcar como materia prima. Es la misma tecnología que siguen aplicando hoy en China e India, y que en su día llevó al cierre de otras industrias ubicadas en Europa.
«Nosotros -explica Marc Miquel-, mediante una tecnología industrial propia, hemos logrado que en nuestro proceso de fabricación de ácido oxálico, la liberación de CO2 sea una parte muy pequeña del total captado por esas plantas. Muchos de nuestros competidores han tenido que cerrar porque no han sido competitivos o polucionaban. En nuestro caso, nuestra tecnología del rendimiento sobre materias primas y sobre la huella de carbono es lo que nos da competitividad».
Se trata de una tecnología que guardan con celo, pero que no piensan patentar, «porque en un proceso de patente has de explicarla», relata Marc Miquel, y eso es algo que, con su experiencia, comporta un riesgo de copia que no piensan asumir. La experiencia fue un litigio por dumping con un competidor chino, que lograron ganar en el año 1991, y que impulsó la constitución de Oxaquim como la empresa heredera de la tradición familiar como fabricantes de ácido oxálico iniciada tres décadas antes en Tarragona por Josep Maria Miquel Huguet.
Reindustrialización
En un contexto en el que la Unión Europea se ha fijado como objetivo ser el primer continente climáticamente neutro en el año 2050, y donde «los vehículos -destaca el director general de esta empresa con sede en El Catllar- llevarán un indicador de su huella de carbono», en plena relocalización de las industrias estratégicas, «si queremos fábricas de ácido oxálico en Europa o EEUU, los únicos que podemos abrir una de estas fábricas a día de hoy somos nosotros».
De hecho, tras las inversiones anunciadas en Aragón, donde su gobierno autonómico ha declarado a Oxaquim como empresa estratégica, en los planes de esta empresa está, «en el plazo de tres años, abrir una fábrica de ácido oxálico en los EEUU, donde los fabricantes de coches, igual que sucede aquí, no se pueden permitir el lujo de estar parados por culpa de la cadena de suministro, y por eso está volviendo hoy mucha industria a Europa y EEUU».
Con una plantilla de 60 trabajadores (medio centenar en el centro de producción en Alcañiz y una decena en la sede de El Catllar y el centro de investigación de Tarragona), Oxaquim espera cerrar este año con una facturación de 27 millones de euros. Segundo fabricante de ácido oxálico a nivel mundial (con perspectiva de alcanzar la primera posición en los próximos años), está presente en 88 países. «Si se materializan los posibles acuerdos que tenemos encima de la mesa -asegura Marc Miquel-, con la industria del automóvil, pienso que podemos llegar a una facturación de 600 millones de euros en 2029, con una plantilla de 380 trabajadores».
Buena parte de estas proyecciones se sustentan en las dos inversiones planificadas en Aragón, divididas en dos fases. En una primera, que se desarrollará durante este año, Oxaquim invertirá 7 millones de euros en la ampliación del centro de producción de Alcañiz, donde se crearán 10 nuevos puestos de trabajo, ampliando la capacidad de producción de esta planta hasta las 25.000 toneladas anuales de ácido oxálico.
La segunda fase, centrada en Andorra (Teruel), está previsto que se ejecute durante los años 2023 y 2024, y contempla la construcción de una nueva planta de producción en la que se invertirán otros 37 millones de euros y se crearán 38 nuevos empleos.
Pasado este horizonte, Oxaquim maneja proyecciones en las que podría necesitar poner en marcha hasta nueve plantas más, capaces de generar más de 300 puestos de trabajo.