Hace más de veinte años, Manel y su amigo Joaquim se echaron la mochila a la espalda para recorrer el mundo. En 79 días completaron el recorrido y lo hicieron utilizando un lenguaje internacional: el esperanto.
En aquella aventura, que plasmaron en el libro Con el esperanto en la mochila (2004), Manel Viñals, fundador y gerente de la empresa Controlpack Systems, descubrió el poder de la comunicación y también «que el mundo es más tranquilo de lo que pensamos. Me di cuenta de que hay mucha gente buena por el mundo, que pasan cosas muy bonitas todos los días pero que solo vemos las malas, que son las que magnificamos».
Ese espíritu aventurero, visionario y humanístico parece mover la historia empresarial de Controlpack System, una compañía creada en 1986 por Manel (62 años) y su hermano Nicolás (65) y convertida hoy en un referente internacional en la fabricación de material de embalaje y en la distribución de maquinaria para lo que se conoce como final de línea de producción.
Todo comenzó en la casa familiar de La Sénia
En los ochenta, Nicolás trabajaba en una ferretería y Manel en una fábrica de sillas. «En esos años, las sillas se embalaban, prácticamente, con una bolsa de plástico. Con los tratados de adhesión de España a la Comunidad Económica Europea, entendí las posibilidades del mercado del embalaje, que todavía estaba por desarrollar». Cuando se quedó en paro, Manel, con ayuda de su hermano, decidió aprovechar la oportunidad. Así empezó Controlpack, y aprovecharon la industria del mueble de la zona.
Hoy en día impresiona ver las instalaciones de Controlpack a las afueras de La Sénia (14.000 m2). En el grupo, incluidas las delegaciones por toda España, trabajan 130 personas, entre técnicos y vendedores, y su facturación en 2023 ha rozado los 70 millones de euros. «Gestionamos más de 10.000 máquinas de embalaje en el mundo, hemos vendido en unos 50 países, en Kazajstán, India, Arabia Saudí, Marruecos y muchos de Europa y América Latina», explica Manel.
Ahorrar costes en el final de línea de producción
Por un lado, Controlpack Systems comercializa el material de embalaje, pero quizá el aspecto más innovador es la distribución de maquinaria para los procesos de envasado, encajado, cerrado de cajas, flejado y paletizado de la mercancía. En este caso, desde el principio han desarrollado aplicaciones y productos que mejoran los procesos logísticos una vez que un producto está terminado. La idea es ahorrar costes en el empaquetado, enfardado, encajado y paletizado. Y luego está el servicio postventa, el mantenimiento y arreglo de las máquinas de embalaje.
Todos los sectores industriales necesitan embalar sus productos. Por eso, Controlpack trabaja especialmente para el sector logístico, alimentario, del metal o la madera. A través de la web, las redes sociales, las ferias o el boca a boca, clientes de todo el mundo se ponen en contacto con esta empresa buscando una solución que mejore y agilice el sistema de embalaje.
Uno de los principales desafíos de Controlpack es el reciclaje y reutilización del plástico, la materia prima con la que trabaja. De hecho, la empresa está en un proyecto de investigación. «Hay que conseguir una manera de reciclar el plástico para que sea el mismo producto que al principio y en los próximos diez años se conseguirá».
«Crecemos poco, pero crecemos siempre»
«Nuestra filosofía está resumida en un par de frases: ‘crecemos poco pero crecemos siempre, ganamos poco pero ganamos siempre’. Somos muy estables y eso nos da tranquilidad». Laura Martí, responsable de contabilidad y con más de 24 años en la empresa, admite que esa regularidad ha facilitado la confianza de las entidades bancarias.
Esa confianza también se trabaja de puertas hacia dentro, huyendo del ambiente patriarcal y vertical. En este sentido, Manel comenta que «la empresa otorga confianza, el trabajador aporta responsabilidad».
Vivir a menos de 25 kilómetros de la empresa
Y esto también se traduce en flexibilidad horaria y más libertad laboral. Un ejemplo: las mujeres que deciden ser madres teletrabajan en casa el primer año. «Para nosotros, la felicidad en el puesto de trabajo importa mucho», admite el gerente de Controlpack. Por eso, han decidido contratar solo a personas que residan a una distancia máxima de 25 kilómetros de la empresa. «Queremos que si el trabajador tiene un problema médico o en la escuela, pueda desplazarse fácilmente y organizar mejor su vida».
Colaboración con los centros de FP
El responsable de la empresa es un fervoroso convencido del potencial de la zona. Por eso, para reclutar personal cualificado, colabora estrechamente con las escuelas de Formación Profesional de la zona. «Aquí hay ingenieros y técnicos electrónicos y eléctricos, contables, especialistas en ventas y hasta periodistas. Aunque somos muy poco de títulos y más de actitud. Preferimos la actitud porque la aptitud ya llegará. Yo empecé con 14 años a trabajar y ahora hablo 8 idiomas y sé de economía. Si tienes ganas de aprender, aquí puedes hacer una buena carrera», afirma.
Manel está decidido a preparar el futuro de la empresa con firmeza, eliminando la incertidumbre del camino. «Tenemos que ser capaces de crear equipos potentes para que la empresa siga funcionando como hasta ahora. Me gustaría que la empresa mantenga su identidad y su esencia, siendo liderada por personas de la zona y permaneciendo como Controlpack», afirma Manel, subrayando la importancia de asegurar la continuidad y el éxito a largo plazo. Manel Viñals dixit.