El pasado 4 de marzo se publicó el Libro Blanco sobre la reforma tributaria, preparado por el Comité de expertos designado por el Gobierno, en el que se recogen sus sugerencias en materia de fiscalidad y que debería servir como fundamento para una reforma del sistema tributario. Uno de los capítulos más esperados es el del Impuesto sobre Sociedades (IS). La batería de propuestas planteadas en IS se desgrana en tres grandes bloques.
El primer bloque trata sobre la consideración de sujetos pasivos en el IS. En él destaca la propuesta dirigida a revisar el tratamiento de las entidades patrimoniales unipersonales o familiares carentes de actividad económica que pudieran estar siendo utilizadas como medio para reducir la tributación personal de sus socios. Para estas se propone el sometimiento a un régimen de transparencia fiscal (esto es, imputación de beneficios a los socios), si bien, estableciéndose los correspondientes mecanismos para corregir la doble imposición.
En segundo término, se abordan las propuestas referidas a la base imponible del IS, destacando:
- El ‘endurecimiento’ de los requisitos para gozar de la exención por doble imposición: incremento de la participación mínima del 5% al 10% y del periodo mínimo de permanencia de 1 a 2 años, así como un requisito de tributación mínima efectivo.
- En materia de amortizaciones se propone la revisión de las tablas fiscales para adecuarlas mejor a la depreciación económica real, así como el establecimiento de un plazo de 10 años de amortización acelerada en aquellos activos que contribuyan a la transición energética o sostenibilidad medioambiental.
- En compensación de BINs se propone mantener la inexistencia de un límite temporal para su aplicación, eliminar la franquicia del millón de euros y establecer un porcentaje de compensación único del 70% sin discriminar en función del tamaño del sujeto pasivo.
- En relación con los gastos no deducibles, se sugiere introducir supuestos dirigidos a limitar la posibilidad de deducir gastos personales o asociados a bienes improductivos (gastos de restauración, hostelería, viajes, etc.) o a determinados activos (vehículos, etc.).
- El favorecimiento del capital propio frente al endeudamiento creando una deducción basada en el incremento de los fondos propios. Para financiar esta medida se propondría eliminar las actuales reservas de capitalización y nivelación. Asimismo, se mantendría la actual limitación a la deducibilidad de gastos financieros sujeta a la evolución normativa en la Unión Europea.
- La recomendación de no establecer un tipo mínimo de gravamen sobre el resultado contable, si bien con una regulación consistente en función de cómo evolucione a nivel europeo esta medida que se está planteando globalmente para aquellas sociedades de mayor tamaño.
Finalmente, se hacen dos apuntes adicionales. En materia de tipos impositivos, dado el momento de recuperación económica actual, el Comité no propone cambios. Respecto a los pagos fraccionados, sí que se propondría una convergencia hacia un sistema único y general basado en la base imponible del año corriente sobre la que se aplicaría un tipo del 17%.
En definitiva, las propuestas ya están sobre la mesa, ahora solo cabe esperar para ver cómo el legislador las acaba regulando.
Elisabet Adé Céspedes, asociada principal de Garrigues Abogados y asesores tributarios.