Joaquim Virgili: «Me interesa dar a conocer la parte más humana de las personas»

Ulldecona dispone hoy de un buen archivo municipal, gracias a la labor de este activista patrimonial autodidacta

04 septiembre 2022 11:31 | Actualizado a 04 septiembre 2022 11:35
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Definir a Joaquim Virgili Guàrdia no es fácil. «En alguna ocasión, me han llamado historiador local», nos dice, pero en Ulldecona, donde es toda una institución, se le ve como un activista cultural, una buena persona entregada a su pueblo. De Virgili destacan sus dotes de observación, reflexión, trabajo constante y pensamiento crítico, apuntan quienes han trabajado con él, como Manel Llarch, con quien realizó un magnífico estudio sobre les ‘basses de la foia d’Ulldecona’, publicado en la primera revista Raïls, del Centre d’Estudis de Ulldecona, entidad de la que Virgili fue uno de los promotores.

Joaquim Virgili nació en Ulldecona el 30 de julio de 1946, a los doce años abandonó la escuela franquista llena de imposiciones y castigos. No dejó de formarse, «iba a la Academia Almi y en la Biblioteca de Ulldecona ‘devoraba’ las enciclopedias de historia».

En la década de los 60, el pueblo está en transformación. La agricultura deja paso a una incipiente industria del mueble. En ella trabajó Virgili hasta que un accidente laboral le obligó a dejarlo. Ese es el punto de inflexión que le aboca a la investigación profesional y amateur. El director del Museu del Montsià, Àlex Farnós, contacta con él y le ofrece participar en un estudio sobre la transhumancia que se estaba haciendo a nivel estatal. Fueron dos años, el primero, coordinado por el ICONA sobre la transhumancia en la sierra de Gúdar y el segundo centrado en la sierra de Albarracín a cargo del Ministerio de Medio Ambiente

«Documentamos los lligallos (veredas), las reses de cada rebaño, pero lo más interesante para mí y lo que quise resaltar es la parte humana de los testimonios orales (los pastores). Reflejar cómo vivían su día a día y de qué manera se les obligaba a vivir», recuerda Virgili. Lo considera el primer trabajo de investigación ‘profesional’ realizado:«hacía lo que más me gustaba y, encima, me pagaban».

Su afán por formarse le llevó a ingresar en la UNED y empezó la carrera de Geografía e Historia, que no llegó a terminar. «Sólo hice un examen de filosofía, lo dejé porqué me ofrecían muchos trabajos de investigación y no tenía tiempo para estudiar».

El Ayuntamiento de Ulldecona le propuso formar parte del equipo de catalogación de ‘les casetes de camp i els masos’ del municipio. Luego afrontó un reto mucho mayor: ordenar el archivo municipal. Podemos afirmar que, gracias a Joaquim Virgili, Ulldecona dispone hoy de un buen archivo municipal. Fueron claves sus contactos con el Museu del Montsià y el Arxiu de les Terres de l’Ebre, además de la interrelación con otros investigadores de los pueblos de la comarca.

«Desde el Grup Espeleològic despertamos el interés por las pinturas rupestres»

También trabajó temporalmente en la oficina de turismo de Ulldecona, donde elaboró algunos folletos informativos y llevó a cabo visitas guiadas. «Las pasé a otras profesionales de la oficina, porqué se necesitaba una titulación para poder ejercer de guía, yo no la tenía y ellas sí», explica Joaquim Virgili.

Cabe destacar su interés por difundir las pinturas rupestres de Ulldecona. Según Virgili, «el joven que las descubrió no fue por casualidad, el Grup Espeleològic le habíamos dado nociones sobre lo que se puede hallar en el interior de las cuevas. Ante el hallazgo, contactamos con los hermanos Romeu, de origen ulldeconense residentes en Barcelona, Ramon Ten (que trabajaba en la Valltorta) y Enric Aguadé, quien lo puso en conocimiento de la Diputación que se interesó por el tema. Hicimos una exposición sobre las pinturas rupestres y, a partir de ahí, los diversos ayuntamientos han ido tomando conciencia de su importancia y las han protegido».

La lucha por la libertad de un amigo de su pueblo le dejó huella. Lo rememora mientras paseamos ante el mural de 1989, repintado en 2013, con el lema ‘Llibertat als patriotes catalans’, en homenaje a Benjamí Nadal detenido en una época en que el independentismo estorbaba.

Tras dos horas de conversación, quedan historias que aún no se pueden contar. «Ya llegará el momento y no va a tardar mucho, quizás unos meses nada más», comenta Virgili.

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