Su amplia gama de paisajes, otorga a las Terres de l’Ebre una enorme riqueza gastronómica para todos los gustos. El mar y la montaña son la base de su sabrosa cocina tradicional. El arroz, el vino, el aceite y los manjares marineros son las joyas de estas tierras de contrastes.
Conviven las sierras interiores de la Terra Alta y sus terrazas de viñedos con las llanuras y la zona húmeda más importante de la península, el Delta del Ebro, marcado por sus imponentes arrozales. El territorio ofrece, además, fiestas locales y jornadas gastronómicas dedicadas a sus variados productos estrella.
Con su espectacular Delta del Ebro, tienen una dilatada tradición pesquera. Las dos bahías, la del Fangar y la dels Alfacs, son un lugar idóneo para la producción de mejillones y ostras. Y en los pueblos pesqueros como Sant Carles de la Ràpita destaca la galera y el famoso langostino local. O uno de los productos estrella de la región a nivel mundial: el atún rojo de l’Ametlla de Mar.
La zona deltaica, por supuesto, es muy respetada por el cultivo del arroz (DOP Arròs del Delta de l’Ebre) con enormes arrozales. Los pueblos con tradición arrocera, como l’Aldea, l’Ampolla, Amposta, Deltebre y Sant Jaume d’Enveja tienen incluso fiestas tradicionales dedicadas.
Cada localidad tiene su producto, dulce o plato típico que protagoniza unas jornadas gastronómicas locales, como las de la Clotxa de la Ribera d’Ebre, la Fiesta de la Alcachofa de Amposta, la de la Baldana de arroz de Camarles, la botifarra de Caseres o las Jornadas Gastronómicas del Cordero en la Terra Alta.
Calidad gastronómica local
Las Terres de l’Ebre cuentan también con las clementinas de la Indicación Geográfica Protegida (IGP), destacando entre el resto de cítricos por su excelente calidad. La fruta dulce de la Ribera d’Ebre también es un reclamo importante del territorio, especialmente por la calidad de sus productos como los melocotones y las cerezas.
Respecto a los postres típicos de estas tierras, cada pueblo tiene el suyo, como los pastissets (rellenos de cabello de ángel) de Tortosa y de otras localidades, el cóc de brossat, los Rotllets del Secret d’Ulldecona, los almendrados, las puñetas de Roquetes, entre muchos otros.
El municipio del Perelló es conocido también como ‘el pueblo de la miel’, por la gran cantidad de actividad de apicultura que se desarrolla y por la calidad de la miel que se elabora desde el siglo XIX. También Arnes es muy conocida por la calidad de sus frutos secos.
La clotxa, fusión de todo el sabor rural en un manjar para trabajar en el campo
Es un sencillo pero muy gustoso plato que consiste en pan redondo vaciado parcialmente de miga y llena de arenques o sardinas saladas, y cebollas, tomates y ajos tostados a la brasa. La clotxa habla de los orígenes agrícolas de la comarca Ribera d’Ebre, donde se comía para afrontar las duras jornadas en el campo y actualmente se ha recuperado con fiestas locales y de ámbito comarcal, donde se toma de desayuno o comida.
Restaurantes que brillan con su estrella Michelin
En Ulldecona se encuentra el restaurante Les Moles, con el chef Jeroni Castell. Con una extensa carta con creaciones gastronómicas únicas y de gran originalidad, Les Moles apuesta por recetas arriesgadas pero con el producto de proximidad por bandera. El civet de cabra hispánica es uno de sus platos. Con productos cercanos, cada año renuevan sus creaciones.
También en Ulldecona ha hallado su sitio la cocina con estrella Michelin del restaurante L’Antic Molí, con el chef Vicent Guimerà al frente de los fogones. Una cocina cercana, apostando por productos ecológicos y locales es su ADN. Conocido como el chef de la galera, confía en este crustáceo para la alta gastronomía. Fusiona cocina de autor y tradicional para sacar el máximo provecho al producto local.
En Xerta está el restaurante Villa Retiro. Al frente de su cocina tiene al chef Fran López, el primero de les Terres de l’Ebre en obtener una estrella Michelin. Restaurante y hotel, ofrece una cocina basada en el producto y el mercado, con toques de innovación, sin perder la esencia de la cocina tradicional.
Vinos y aceites de alta calidad, de la tierra al paladar
El interior de las Terres de l’Ebre son tierra de vino. Así lo demuestran los paisajes de la Terra Alta, llenos de viñedos, y sus pueblos, con una gran tradición vinícola. A lo largo y ancho de la comarca hay una veintena de bodegas visitables donde descubrir los secretos de la elaboración de sus vinos y realizar una buena cata. La variedad estrella de la Denominación de Origen de la Terra Alta es la garnacha blanca, el 33% de la producción mundial se encuentra aquí.
La comarca de la Ribera d’Ebre es otra gran productora de vino de las Terres de l’Ebre. El territorio vinícola de la Ribera d’Ebre lo forman una veintena de bodegas que comercializan sus vinos a través de la DO Tarragona y DO Montsant.
Los aceites con Denominación de Origen Protegida del Baix Ebre - Montsià son aceites virgen extra elaborados en una de las zonas de cultivo de olivos más antigua y extensa de Catalunya. Un total de 14 cooperativas productoras en el Consejo Regulador comercializan cinco marcas con DOP.
Otra DOP es la de la Terra Alta. El origen del cultivo del olivo en esta comarca es atribuido a los árabes, tanto es así que todavía la denominación de ‘almazaras’ para los molinos de obtención de aceite de oliva es una clara referencia a este origen árabe. Ya hacia 1900, los olivos ocupaban el segundo lugar en los cultivos de la Terra Alta.