Le suele suceder al Nàstic que cuando el resultado es binario sonríe. La Real Academia Española de la Lengua (RAE) define este sistema de numeración de la siguiente manera: «De base dos. El sistema binario utiliza como cifras exclusivamente el 0 y el 1». El aficionado grana se acostumbró el año pasado a salir victorioso del alambre. Aquellos partidos de pocos golpes solían caer del lado tarraconense porque su defensa era tan firme que apenas se inmutaba. Los marcadores reflejan el cero en su casillero y con un simple gol daba para conseguir los tres puntos.
La receta es sencilla de entender, pero nada sencilla de aplicar porque mantener la portería a cero no resulta algo baladí en una categoría tan exigente como la Primera RFEF. El Nàstic este año se ha dado cuenta de ello. Es un equipo más vulnerable porque su calidad defensiva ha bajado y también porque su idea de juego les hace exponerse más. En todo caso, ha habido partidos en el que la falta de contundencia en el área propia ha venido más impuesto por lo primero que por lo segundo. Fallos individuales han tirado a la lona a un equipo al que apenas le tocaban la cara.
Ante el Barça B se volvió a recuperar ese resultado binario que tanto le gusta a los granas (1-0). Solo una semana atrás se había repetido el marcador frente al Sabadell, pero en su contra (0-1). Fue duro de digerir porque aquel partido representó la impotencia. Una horrorosa primera parte y un gol fantasma alejaron al Nàstic de sumar. Se tenía claro que tras la derrota en Pamplona no había espacio para otro tropiezo más. Por eso la actitud del conjunto grana ante el filial azulgrana fue firme. No dudó nunca en su área propia y eso le dio rédito.
Se puede decir que el equipo de Raül Agné ofreció una mayúscula actuación defensiva en la que maniató a un Barça B con menos talento del habitual, pero que seguía siendo superior al de la media en la categoría. No se encontraron en un terreno de juego que favorece a su contexto de juego y eso vino impuesto por el gran trabajo coral defensivo de los granas. Hasta la fortuna estuvo del lado tarraconense porque un disparo se estrelló en el palo largo de la portería de Manu García. No encajar permitió que la falta de contundencia en el área rival no se notara. El Nàstic marcó un gol, pero generó ocasiones para hacer más de uno y esa es una asignatura pendiente que se tiene que volver a repasar.
Durante esta temporada se ha dado un resultado binario durante siete ocasiones y en seis de ellas el Nàstic ha conseguido sumar. Tres victorias, tres empates y una derrota es el bagaje total. Los triunfos fueron ante Amorebieta, Numancia y Barça B, todos por uno a cero, los empates fueron ante La Nucía (1-1), Calahorra (0-0) y Bilbao Athletic (0-0). La única derrota llegó hace una semana frente al Sabadell (1-0).
Esto ya viene de lejos porque el año pasado terminaron en total 24 encuentros con resultado binario para el Nàstic en un claro ejemplo de al límite que desarrollaba sus partidos. 10 victorias, 12 empates y dos derrotas fue el bagaje total. El camino claramente fue favorecedor y este año va por el camino, aunque con menos insistencia. Al Nàstic de Raül Agné le gusta el sistema binario.