Los momentos en el fútbol no se eligen, llegan. Y hay que saberlos aprovechar. No valen excusas. Tirlea y Ander Gorostidi son dos ejemplos. Los dos jugadores han tenido una temporada irregular. Con ausencias largas por decisión técnica. No daban la talla. Hasta ahora.
Los dos han dado el paso hacia delante que se les exigía. Lo han hecho en una de sus últimas oportunidades. Cuando el ocaso de la temporada asoma, han querido salir al paso de dudas y tomar el último tren que pasaba para asentarse en el once. O al menos, mantenerse como un recurso de primera mano. En los últimos partidos, los dos, han ofrecido un buen rendimiento, tanto como para que Dani Vidal, entrenador del Nàstic, tenga dudas sobre su presencia en el equipo titular ante Osasuna Promesas de este domingo a las 19.15 horas.
El lateral rumano lo será. Pol Domingo todavía arrastra problemas físicos y será baja para el partido frente al filial navarro. Una titularidad que veremos si cuando regrese el defensa tarraconense no se reafirma. A día de hoy no parece que ni siquiera el Búfalo de la Pobla de Montornés pueda arrebatarle la plaza. Alex Tirlea le ha cogido el punto al puesto.
La llegada de Dani Vidal ha sido como un empujón a su crecimiento. Nada que ver el lateral anárquico y caótico que apareció en las primeras jornadas. Un futbolista temeroso en defensa que subía sin criterio al ataque. El técnico tarraconense, junto con Manolo Martínez, ha sabido ordenar al futbolista. Dotarle de cierta dósis de prudencia. Valorar mejor cuándo dar el paso hacia arriba y cuándo es mejor ceder el balón a los atacantes.
Además le ha impuesto un punto de potencia que no tenía. Un carácter fuerte y una confianza en su juego que ha sido capaz de convertir las críticas en alabanzas. A sus 23 años todavía tiene talento por desarrollar. La Fábrica del Real Madrid no andava tan equivocada cuando apostó durante años por el futbolista criado en Alcalá de Henares.
Ander Gorostidi ha aparecido cuando ya nadie le esperaba. Se le daba por ‘desahuciado’. Un jugador que llegaba con mucho cartel y una perspectiva enorme de liderar el centro del campo, pero que había decepcionado cada vez que saltaba al verde. No era por falta de oportunidades. Era por no saber aprovechar los minutos. Ha sido en los dos últimos partidos, frente a La Nucía y contra el Sabadell que el donostiarra ha dado el do de pecho.
La baja de Montes por sanción y de Pedro por lesión le abrió la puerta de la titularidad de nuevo. Esta vez, Gorostidi ha sabido encontrar su sitio. Acomodarse en la medular grana junto con Marc Montalvo. El de Riudoms facilita la adaptación a cualquier y también ha sabido encajar con el ex de la Real Sociedad.
En estos dos partidos no ha desentonado como había pasado en casi todos los duelos previos que había jugado. Fue ordenado, jugó fácil y encontró la fórmula para ir recuperando confianza. Todavía se le puede pedir más. Tiene más fútbol del que ha dado hasta ahora en Tarragona. Fue una de las grandes apuestas del verano junto con Guillermo Fernández y aún hay tiempo para que ambos jugadores demuestren que fue un acierto su contratación.
Por ahora, Gorostidi ha pasado a engrosar la lista de futbolistas preparados para competir. Y bien que lo tendrá que hacer para mantenerse en el once. Èric Montes no va a dar su brazo a torcer. Querrá recuperar la titularidad que se ganó a base de esfuerzo y carácter. Pedro del Campo, recuperado de su enésima lesión, también tratará de coger el ritmo cuanto antes. Una competitividad que se ha echado en falta y que subirá aún más el nivel de la plantilla.
El Nàstic-Osasuna Promesas se retrasa un cuarto de hora por motivos televisivos