Òscar Cadiach tenía previsto intentar en otoño el Gyachung Kang, el sietemil más alto de la Tierra con sus 7.952 metros, como su próximo gran reto tras la culminación de los catorce ochomiles sin oxígeno que logró el 27 de julio de 2017 tras ascender el Broad Peak (8.047 metros). Sin embargo la dificultad para cerrar el presupuesto y reunir un equipo compacto han provocado que el alpinista tarraconense haya decidido aplazar su expedición hasta primavera de 2020.
Pero Cadiach no va a quedarse en casa este verano. La alta montaña actúa como un imán sobre él y una nueva propuesta le va a servir como preparación. Se trata del pico Pobeda o cima de la Victoria, de 7.439 metros, situada en Kirguistán y fronteriza con China y la más alta de las exrepúblicas soviéticas.
Se trata de una montaña de difícil accesibilidad y que por sus características y dureza, caso de unas condiciones meteorólogicas muy cambiantes, la asemejan muchísimo a un ochomil.
La conoce perfectamente Cadiach, que ya estuvo escalándola en 2001 junto a los hermanos Flaqué y Joan Fernández aunque precisamente esas continuas variaciones climatológicas les impidieron alcanzar la cima.
Javi Mundoate y Lula, ambos vascos, son los expedicionarios que acompañan a CadiachEn esta ocasión Òscar acude con otras dos personas, los vascos Javi Munduate y Lourdes Florinda Martínez, más conocida como Lula. Los tres han iniciado este viernes su expedición con el vuelo que debía llevarles hasta la capital de Kirguistán, Bishkek. La cordada se prorrogará por espacio de un mes ya que tienen el vuelo de regreso para el 17 de agosto.
Munduate es un viejo conocido de Cadiach, con quien escaló en el Manaslu en 2011 y en el Broad Peak en 2012. Con Lula el tarraconense ha coincidido en varias ocasiones en los Alpes.
Una vez en Bishkek los expediciones se desplazarán, en una ruta por carretera que bordea el lago Karakool, hasta el emplazamiento donde deberán tomar el helicóptero que, remontando el glaciar de Inylchek, les llevará hasta el campo base del Pobeda, situado a 4.200 metros de altura.En ese enclave está previsto que los tres realicen una fase de aclimatación de tres o cuatro días. Desde el base iniciarán una prospección hacia la arista en forma de L donde deberán superar el conocido como ‘Diki pass’, que tiene como principal dificuldad unos séracs verticales.
Una vez superados esos séracs Cadiach y sus compañeros instalarán el campo 2, para iniciar a partir de entonces el primer tramo de la ruta. La segunda parte y la final discurren por una larguísima arista.
Precisamente su longitud -más de dos kilómetros- y la circunstancia que esté tan expuesta al viento provoca que las expediciones utilicen cuevas de hielo para protegerse. «Las tiendas no aguantan el viento que sopla en la arista», explica Cadiach, que destacada la exigencia y dificultad de la parte final. No hay que olvidar que el Pobeda y su vecino, el Khan Tengri -otro sietemil-, ambos situados en la cordillera del Tien Shan, están a tan solo 700 kms. del Karakorum y por tanto influenciados por su clima.