L’Anella de Campclar ha sido el escenario de la primera jornada de la primera fase de la Minicopa Endesa. El mayor torneo infantil de baloncesto nacional se dio cita en un ambiente de ilusión que demostró una vez más que Tarragona solo necesita eventos deportivos de magnitud para estar a la altura. Hay que apostar más y el primer día de competición fue una prueba evidente de ello.
Antes de comenzar la competición hubo tiempo para enseñar uno de los tesoros de Tarragona como es el anfiteatro romano. Los niños de los 16 equipos participantes recorrieron el punto emblemático de la ciudad junto a unos guías que les explicaron todos los secretos de este edificio romano. Fue una manera de desconectar y aliviar los nervios que ya revoloteaban por los estómagos de esos niños que en su cabeza solo tenían ganas de coger un balón y lanzarlo a canasta. Convertir su pasión en su vida es el sueño por el que pelean. No todos lo conseguirán, pero seguramente alguno de los presentes en este torneo terminará siendo todo un profesional y quién sabe si una estrella de este deporte.
La competición arrancó en l’Anella Mediterránea de manera oficial a las 16.00 horas con la disputa del primer partido. Gran Canaria y Andorra dieron el pistoletazo de salida a tres días de pura emoción y baloncesto. Ayer se jugaron ocho partidos, hoy se disputarán 16 en total y mañana será el turno para los dos últimos encuentros que tendrán como premio los dos últimos billetes para la fase final de Málaga ya en febrero de 2024.
El aspecto de l’Anella fue inmejorable. De gala. Desbordando baloncesto por los cuatro costados. Desde los aleñados, en los que había varios stands de equipos locales de baloncesto y pequeñas pistas para echarse unos tiros, pasando por la pista fija del Poliesportiu y por las dos grandes pistas situadas en el Palau d’Esports que eran sencillamente espectaculares. El trabajo de la ACB es minucioso y se nota. Es un torneo profesional. Nada tiene que envidiarle a torneos absolutos de todas las disciplinas. Por cobertura, por decoro y por ambición. Son referentes y se han ganado esa etiqueta con creces.
Con el paso de los minutos se acercaban las 18.00 horas y se notó en las gradas. Se llenaron, de repente hasta las gradas superiores tenían aficionados presentes, y la respuesta se encontraba en la pista. Debutaba el equipo que más mirada vas a atraer, el FC Barcelona. Fue en un partido sin historia ante Baskonia en el que los azulgranas no tuvieron piedad y cerraron acta en el segundo cuarto (55-5). Una paliza en toda regla que demuestra el potencial que tienen. Son uno de los favoritos a la conquista del billete a la fase final y también de la Minicopa. Lo suyo fue un espectáculo de juego en toda regla. Sus niños son elegidos y juegan con el talento como bandera.
La norma de que se deje de contar a partir de los 50 puntos de diferencia fue inteligente. No vale de mucho reflejar una mayor distancia en el marcador porque solo alimenta al morbo y puede afectar en la autoestima de los damnificados. Hay que quedarse con eso y con la actitud del fisioterapeuta tarraconense, Oriol Álvarez, que no dudo en atender la lesión, un jugador rival de manera delicada y precisa. Un gesto que le honra como también hay que felicitar al Gran Canaria, que decidió dedicarle el triunfo a su jugador lesionado al que manteó al final del encuentro.
Fueron muchas las canastas bonitas, los gestos de deportividad y las sonrisas y aplausos que se dibujaron en la grada. Es una fiesta del baloncesto de la que Tarragona tiene suerte de ser anfitriona. Ahora quedan dos días por delante de puro disfrute. No duden en acercarse a l’Anella si les gusta el deporte y sobre todo el baloncesto. Allí se respira ilusión y talento. Bendita decisión de apostar por este campeonato. Se agradece.