Cuando el Nàstic de Tarragona retuvo a Pablo Fernández y firmó a Antoñín Cortés este verano lo hizo sabiendo que dejaba a Dani Vidal en sus manos a una de las mejores delanteras de toda la Primera RFEF. Dos delanteros de primer nivel, con un caché elevado y que en un contexto positivo para ellos podían ser totalmente diferenciales.
Ambos completaron una pretemporada de altos vuelos en las que ilusionaron con su rendimiento y su entendimiento. Pablo Fernández fijaba centrales y Antoñín Cortés acudía al espacio. Los dos se retroalimentaban, haciendo mejor a su compañero y disfrutando de la explotación de sus puntos fuertes.
Unos meses después se puede afirmar sin tapujos que el Nàstic ha tenido problemas en diversos aspectos del juego, pero que el talento y la compenetración que hay arriba no admite sospechas ni preocupaciones. Si el conjunto grana tiene el liderato lejos no es porque el rendimiento de sus delanteros no haya estado a la altura. ¿Podrían llevar más goles? Puede ser. ¿Su impacto en el juego va más allá de las cifras? Evidentemente.
Pablo Fernández suma su cuarta temporada en el Nàstic tras llegar al conjunto grana procedente del Cornellà con solo 24 años. Un fichaje de presente y futuro que años después se ha demostrado que fue todo un acierto.
El ‘Faro de Candás’ está viviendo su mejor temporada en lo goleador desde que llegó a Tarragona. El asturiano acumula ya ocho dianas en 27 partidos y es uno de los intocables de un Dani Vidal que lo considera absolutamente clave en su estilo. Pablo Fernández siempre ha sido un delantero con mayor impacto en el juego que en lo goleador. Un delantero ganador de duelos, con capacidad para asociarse y que con su sacrificio ha sido siempre un dolor de muelas para sus rivales. No obstante, el debate sobre si debía aportar más goles siempre ha estado sobre la mesa. Su tope como jugador de la entidad grana estaba en los siete goles que consiguió el año pasado, pero esta temporada ya los ha rebasado. Tiene 11 jornadas por delante para llegar a esos dobles dígitos que nunca ha alcanzado como profesional.
Antoñín Cortés llegó este verano a Tarragona tras rechazar ofertas superiores en lo económico. El delantero malagueño abandonó el Lugo tras una mala temporada y acudió al Nàstic con el objetivo de relanzar su carrera. Dani Vidal le prometió confianza y un ecosistema de juego en el que volver a marcar la diferencia. Lo de jugar tanto en banda, como hizo en el Anxo Carro, no entraba dentro de los planes. Iba a jugar mucho más centrado, ocupando uno de los puestos de la punta de lanza.
Antoñín Cortés no ha alcanzado su techo futbolístico en Tarragona, pero su temporada hasta el momento ha sido notable. Son cinco goles los que acumula en 27 partidos ligueros. Es un futbolista que ha disputado todas las jornadas, aunque a diferencia de Pablo Fernández, se ha quedado en alguna ocasión en el banquillo porque en el rol de revulsivo también es un futbolista más que interesante. Cortés es feliz en el Nàstic y quiere más. Es por eso que rechazó salir en el pasado mercado de invierno cuando le tentaron con ofertas superiores en lo económico. Su cabeza está en Tarragona.
Con el Nàstic en plena pelea por el playoff, la pareja ofensiva formada por Pablo Fernández y Antoñín Cortés sigue siendo una de las grandes apuestas del equipo. La conexión entre ambos es total y los dos quieren seguir sumando sus estadísticas individuales para beneficiar al colectivo. De momento, alcanzar la barrera de los 15 goles es el objetivo que tienen en común. Cuanto antes lo hagan, mejor. Será una gran señal.
