Nàstic: Desenlace descontrolado

Acaba cediendo dos puntos en el tramo final del partido ante el colista Almería. Los granas se adelantaron dos veces en el marcador. El colegiado perdonó un penalti a los andaluces

19 mayo 2017 20:59 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:14
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Hace seis días el Nàstic ganó en Miranda tres puntos en el tiempo de descuento. Ayer se dejó dos en el 88’. Los granas tenían la victoria en sus manos, pero no ataron el saco y el Almería, el colista insospechado de Segunda, se llevó una parte del botín en un desenlace salvaje.

El Nàstic se encontró pronto por delante en el marcador. El tanto en propia puerta de Morcillo dibujaba un escenario idílico. Los granas podían poner en práctica el plan habitual cuando se ponen por delante:resguardarse en su propio campo para mostrar todo su veneno en el contragolpe. La postura del Almería, un equipo angustiado por la crisis deportiva, facilitaba las cosas. Parecía que además, la pizca de fortuna que siempre hace falta estaba de su lado como demostró la prontitud en volverse a situar por delante, tras el empate del Almería. Pero fue un risa cruel, cuando Álex López autor del segundo grana marcó el empate en propia puerta. El empuje final, esa fe inapelable quedó para la memoria de la afición.

Vicente Moreno repitió once respecto al día del Llagostera. Hizo la versión ofensiva. Doble pivote de creación con Rocha y Tejera para catapultar al equipo desde el primer minuto. Que fue poco más de lo que tardó el Nàstic en abrir el marcador. Achille Emaná recibió en banda, penetró en el área y con la puntera metió el balón en el corazón de la pequeña, para que fuera el propio defensor Morcillo quien introdujera el esférico.

Si hay un escenario en el que se sienta cómodo el Nàstic es con la ventaja en el marcador. Cuando puede jugar con el ansia del contrario, sobre todo si como era el caso del Almería se planta tan necesitado de puntos en Tarragona. Con todo el espacio para disfrutar de los contragolpes.

El contrapeso es la exigencia defensiva de ese planteamiento. Los andaluces empezaron a agrandar el campo por las bandas. Zongo e Ivan Sánchez encontraban demasiados espacios y amenazaban la portería de Reina.

El Nàstic se liberaba del acoso almeriense a base de envíos largos. Uno de ellos cayó a pies de Álex López en trescuartos del campo visitante. Le faltó velocidad y cuando la defensa ya se había restablecido solo le quedó ceder el cuero apurado a Tejera que engatilló un disparo alto.

Justo después llegó el empate del Almería. Iván Sánchez desarmó la estructura defensiva tarraconense con una diagonal. La triangulación se completó con Zongo, abierto en la derecha que raseó para Lolo Reyes en el balcón del area que disparó ajustado para superar a Reina.

El cuadro grana echaba de menos el fútbol de Tejera y Rocha. Hasta que no entraron en contacto con el balón, al equipo de Vicente Moreno le faltaba aire. Aunque le valía con balones largos para dejar en evidencia a la zaga andaluza. Le sirvió para el primer tanto y también para generar la jugada del segundo. Un pase largo de Reina superó sin problemas a Morcillo por arriba. Elcentral no intuyó la presencia de Rayco a su espalda. El canario, pícaro como pocos, ya pensaba en la resolución ante el portero cuando el central andaluz le zancadilleó por detrás. Pudo ser de roja. La falta era un caramelo. Lo quiso degustar Palanca con un disparo sutil a la escuadra que hizo volar al meta Cuesta. El rechace se rifó entre los más vivos. Emaná fue el más atento. Llegó el primero, seguido de cerca por un central que le incordió en el remate. El cuero lo cazó a Álex López que, ahora sí, alojó el balón en la red.

La posición del Almería en la tabla no se ajusta a la calidad de su plantilla. Al menos de medio del campo para arriba. Llevan el peligro en las venas. Iván Sánchez, Zongo, Quique y compañía ofrecieron detalles talentosos. Conectaban con facilidad abriendo espacios y encontrando resquicios en la zaga local para penetrar y llegar hasta los dominios de Reina. Al filo del descanso, la rapidez de Xisco Campos, tirándose al suelo para rebañar el cuero, fue crucial para evitar el empate del Almería.

La entrada de Naranjo al campo sacudió al equipo de Vicente Moreno. Le marcó el camino impulsándole en ataque. A no dormirse. Aunque su efecto se disolvió rápido y el Nàstic volvió a caer en la supuesta comodidad de la cueva. Donde se siente protegido, aunque no lo estuvo tanto. La imprecisión de los futbolistas visitantes en ataque también contribuyó a los intereses locales.

Aún resguardados, el despliegue ofensivo se activó de manera automática cuando Emaná hizo una de las suyas. Marcó la señal y el equipo salió disparado. La acción se fue enrevesando. El contragolpe se ensució. Se llenó de rebotes que acabaron con un disparo de Mossa contra un defensor.

El Almería iba loco por el empate. Buscaba oxígeno a su situación. Lo intentaba de todas maneras. Con centros que la defensa del Nàstic alejaba como podía. Con tiros cruzados, como el de Eldín que se marchó besando el poste de Reina. Todo el acierto que les faltó al conjunto andaluz lo encontraron en un despeje de Álex López que se envenenó y se coló en el marco de Reina.

La igualada obligó al Nàstic a salir de la supuesta zona cómoda en la que se había instalado en busca del tanto de la victoria. Lo hizo con todo el empeño. Aferrándose a los designios de Emaná. Pero el partido lejos del control entró en un plano caótico. Se embarrulló todo. El ataque, la defensa, hasta el colegiado se veía superado. No vio unas manos claras de Dubarbier en el área almeriense. Vicente Moreno, técnico grana, protestó airadamente y acabó expulsado. Poco después, el árbitro vasco anuló a UN gol de Álex López por fuera de juego. El delantero remachó un balón tocado por Emaná que tenía vistas de entrar. El Nou Estadi hervía contra Sagués Ocoz.

El partido no tenía pausa y en un contragolpe rápido, Chuli encaraba la meta de Reina sin oposición. El malagueño se la jugó y despejó con los puños sobre él mismo límite del área, salvando lo que pudo ser una mayor desgracia.

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