Un Nàstic sin ideas y huérfano de laterales izquierdos en la batalla de Tarazona

Sin Joan Oriol y David Juncà disponibles, Dani Vidal tuvo que improvisar con una defensa inédita

10 marzo 2025 20:39 | Actualizado a 11 marzo 2025 07:00
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Hay empates que dejan un sabor dulce en la boca. No es el caso del que sumó el Nàstic de Tarragona en Tarazona, porque se sumó un punto, sí, pero el equipo grana completó un partido muy espeso en un territorio hostil. Es más, terminó empatando porque la suerte estuvo de su lado.

Es cierto que comenzó generando dos ocasiones claras de gol, pero, tras el arreón inicial, el rival lo sometió y, poco a poco, le fue comiendo terreno. Un doble palo y un despeje de Unai Dufur bajo palos salvaron al Nàstic de perder en otra actuación insuficiente de los tarraconenses lejos del Nou Estadi.

En ataque no se propuso nada y, en defensa, se sufrió en varias ocasiones, y eso que los de Dani Vidal ya estaban avisados del juego directo y aéreo del equipo rival. No pudieron contrarrestarlo, porque el Tarazona gozó de varios remates que, con un poco más de colmillo, habrían resuelto la papeleta y hundido al Nàstic de nuevo en un mar de dudas.

La ausencia de un solo jugador no puede descolocar tanto a un equipo, pero lo cierto es que el Nàstic echó mucho en falta la figura de su capitán. Joan Oriol, que había entrenado toda la semana sin problemas, tuvo la mala fortuna de enfermar antes del partido. Un virus lo dejó fuera de combate. Conociendo al cambrilense, que ha jugado en más de una ocasión con muchos problemas físicos, debía estar muy mal para decidir no viajar a Tarazona.

En condiciones normales, la ausencia de Joan Oriol tampoco debería haber sido tan traumática, pero es que el contexto de la enfermería agravaba el asunto. David Juncà, el lateral izquierdo que llegó en invierno para disputarle el sitio, intentó llegar hasta el último momento al partido de Tarazona, pero no fue posible. El gerundense, que cayó lesionado de los isquiotibiales hace tres semanas en la segunda mitad frente al Bilbao Athletic, no se recuperó a tiempo y dejó a los granas huérfanos en el lateral izquierdo.

Las dos bajas en el carril izquierdo obligaron a Dani Vidal a reestructurar la defensa a última hora. Nunca es positivo para un equipo cambiar los planes a última hora, porque lo que se ha trabajado durante la semana se ve lastrado. Teniendo en cuenta que el Tarazona iba a ser un equipo que iba a exigir de manera constante a la defensa con sus balonazos, modificar la defensa era un duro contratiempo.

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El técnico del Nàstic decidió no agitar demasiado el árbol y actuó de la forma más natural posible. Colocó a Pol Domingo en el lateral derecho y permutó a Migue Leal a la otra banda, teniendo que jugar a pierna cambiada.

No duró demasiado el experimento, porque ni siquiera se habían cumplido 20 minutos cuando Dani Vidal decidió volver a cambiar a los laterales de banda. Pol Domingo se colocó en el carril zurdo, mientras que Migue Leal regresó a su carril natural. Hay que suponer que el entrenador grana buscaba dotar de mayor profundidad ofensiva por la derecha y mayor fiabilidad defensiva al equipo por la izquierda. El plan salió en cuanto al aspecto defensivo porque, en ataque, el Nàstic siguió siendo indolente.

El paso de los minutos pintó el panorama muy negro para un Nàstic que resistía, pero cada vez con más problemas. El Tarazona le fue minando la moral, ganando cada vez más duelos y acercándose cada vez más a la portería de Rebollo.

Ya en la segunda mitad, el Tarazona había rozado el gol hasta en dos ocasiones con un doble palo y una volea de Agüero que pasó cerca del larguero. Con ese panorama, Dani Vidal decidió no esperar más y agitó de nuevo los carriles.

Esta vez, el técnico reusense no cambió a los laterales de perfil, sino que directamente apostó por un cambio de cromos. Unai Dufur, central de manera habitual, ingresó al terreno de juego por Migue Leal en un movimiento táctico con claras intenciones. El Nàstic, que no paraba de achicar agua en su área, ganaba centímetros con la entrada del defensa navarro. Un claro mensaje de resistencia es el que mandaba Dani Vidal a los suyos.

El cambio tuvo efecto porque Dufur salvó un gol bajo palos a un tiro de Pradera y el Nàstic ganó más duelos en el tramo final de Tarazona. Finalmente, se sumó un punto que no convenció en cuanto al juego, pero que devolvió a los granas a los playoffs en una tarde de pura resistencia.

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