Nàstic
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Ponferradina
ALINEACIONES
Nàstic
Varo, Pol Domingo, Trigueros (Dufur, 84’), Nacho, Joan Oriol, Gorostidi (Montalvo, 53’), Borja Martínez, Andy (Mario R., 84’), David Concha (Jardí, 53’), Marc Fernández (Santamaría, 73’) y Pablo Fernández.
Ponferradina
Prieto, Sibille, Igbekeme, Ernesto (Nil, 82’), Yuri (Álvaro Vázquez, 64’), Dacosta (Ale Díez, 82’), Leal, Markel, Carrique, Andoni López, David Soto (Abelenda, 65’).
Árbitro
Víctor Pérez. TA: Nacho, Trigueros/Íñigo Vélez (entrenador), Markel, Andoni, Ale Díez. TR: Sibille (90’)
Incidencias
Partido correspondiente a la 7ª jornada de liga del grupo 1 de Primera RFEF disputado en el Nou Estadi Costa Daurada ante 7.227 espectadores.
Nàstic y Ponferradina se han repartido los puntos en el choque por el liderato. Los dos equipos llegaban al duelo como los mejores del grupo 1 (primero contra segundo) de Primera Federación y demostraron por qué. Dos equipos muy ordenados y exquisitamente trabajados. Con muchos recursos. El Nàstic gobernó buena parte del encuentro y únicamente le falló la lucidez en los metros finales.
Un solo cambio introdujo Dani Vidal en el once respecto al Lugo. David Concha regresaba al equipo de partida en el lugar de Jaume Jardí.
41 años cuenta Yuri. Llegó con 27 a la Ponferradina. 195 goles después sigue generando pánico. No es para menos. El brasileño mantiene un estado de forma espectacular para acompañar a su enorme talento. Es verlo controlar en el área y las pulsaciones de las hinchadas rivales se disparan. Le pasó a la grada del Nou Estadi, cuando tiró una chilena en el área chica nada más iniciarse el choque. No llegó a nada, pero el miedo ya estaba en el cuerpo. Más clara fue la ocasión de Ernesto. Conectó con el cuero en el punto de penalti, pero el tiro le salió desviado.
La Ponferradina comenzó el duelo por el liderato más atrevida. Fue a buscar al Nàstic a su propio campo. Tratando de darle de su propia medicina. Los granas sufrieron más de la cuenta para conseguir salir y llegar a campo rival. Cuando lo hacían, eso sí, conseguían rampas directas a la portería de Prieto.
Borja Martínez era siempre el futbolista adecuado para coordinar el juego del equipo. Su control orientado y conducción permitía romper líneas y, poco a poco, dominar el medio del campo. Con ello, el control del choque.
Sacudidos los primeros minutos, el conjunto de Dani Vidal empezaba a merodear el área de la Ponferradina. Sin achuchar. Solo mostrando una capacidad cada vez mayor de hacer daño.
El arreón grana llegó en los últimos minutos del primer tiempo. Los castellano-leoneses se vieron sometidos y reculados en su campo. Andy Escudero se activó y empezó hacer de las suyas, recortando y recortando para poner su especialidad de la casa, ese centro con rosca que provocan las dudas en todas las defensas. La Ponfe, muy seria, las rechazaba como podía.
El ‘10’ estaba lanzado. Trazando la paralela, de derecha a izquierda, para desordenar la retaguardia berciana. En una de esas lo logró. Gorostidi completó la acción con un pase a Marc Fernández, pero el centro raso del barcelonés fue repelido por la defensa antes de que pudiera llegar a Pablo Fernández.
Si por la derecha Andy era el dolor de cabeza visitante, Concha lo era por la izquierda. Ambos incodomaban a la estructura defensiva de la ‘Ponfe’ con sus movimientos, por dentro y por fuera.
También lo probó Joan Oriol desde fuera para acabar jugada. Su tiro fue manso.
La Ponferradina suspiraba por llegar al descanso. Su meta, Prieto, alargaba las interrupciones para romper el ritmo local. Se marcharon al vestuario vivos, pese al buen trabajo del Gimnàstic. En ataque y en defensa, con Nacho y Trigueros teniendo la situación controlada en todo momento.
Al Nàstic le faltaba, en unas acciones, precisión en los metros decisivos y en las otras, decidir mejor tras conseguir lo más difícil, llegar al área.
En el segundo tiempo, Yuri seguía sobre el campo y con él, la posibilidad de que en una, pudiera marcar las diferencias. Un pase picado a la espalda de la zaga local consiguió esa ocasión que estaban esperando. Lo que no confiaban era en la rápida reacción de los defensores del Nàstic.
El partido se equilibró y lo dejó a merced de una genialidad. Andy escuchó la llamada y trató de romper con su zurda. La óptica la puso en la escuadra, la realidad la sacó fuera por milímetros.
Gorka pudo estrenarse con un remate a la media vuelta que no quiso coger portería.
La Ponferradina acabó mejor el duelo. Más entera, mientras el Nàstic acumulaba pérdidas. La roja a Sibille abrió una brizna de esperanza de agarrar los tres puntos, pero las fuerzas estaban agotadas y ambos equipos firmaron la tregua.