Pepi Ortiz cubrió los cinco kilómetros en 35:22’, cruzó la meta y se señaló el corazón que llevaba estampado en la espalda, con un nombre, Iván, escrito en él. En esa posición 56 del 5 K, a un cuarto hora de la ganadora, había grandeza, una pequeña épica, a la altura de los 19:21’ de la vencedora, la triatleta vallense Dolça Ollé. «Iván es el nombre de mi hijo, que murió con cáncer a los seis años. Corro por él, todo lo hago por él», se sinceraba Pepi en la llegada de la Anella Mediterrània, alumbrando esas heroicidades mínimas, que marcan la maratón de Tarragona, siempre capaz de cobijar las mayores exhibiciones atléticas pero también de auspiciar los retos íntimos de cada uno.
Todos los éxitos conviven, como el de los cinco atletas que corrieron descalzos para visibilizar el síndrome de Kabuki –una enfermedad rara genética– o la comitiva del equipo de ‘Xq no Álex?’, cada vez más multitudinaria y más orgullosa de haber normalizado la participación de las personas con movilidad reducida en las carreras.
También se pudo vivir la pirueta atlética de Albert Moreno. El corredor de Igualada hizo mención a su calidad de triatleta. El sábado se calzó 170 kilómetros en bici, desde su ciudad hasta Tarragona, y al día siguiente, ayer, ganó en los 30 kilómetros (1:43:28). Fue otro ejemplo de superación, este en el ámbito profesional, pero no por ellos menos meritorio.
La SB Hotels Marató Tarragona, que congregó a 1.500 atletas en cuatro distancias, fue terreno para los triatletas, que impusieron su ley en una cita poco amable: frío y, sobre todo, mucho viento, que a tramos convirtió la carrera en un suplicio. No era día para buscar tiempo, sino para racionalizar esfuerzos y exhibir tacticismo con inteligencia en medio de la ventolera.
Alberto Bravo, de Salamanca y afincado en Vitoria, debutó con triunfo en su primera visita a Tarragona. Sin conocer un circuito que al neófito le exige especialmente con desniveles, aguantó en la cabeza desde el inicio, aunque sin un liderazgo claro, porque hubo pugna en muchos kilómetros.
La sentencia en la Rambla Nova
Hombres como Hugo Figueras, un habitual de las pruebas en Tarragona y tercero a la sazón, y Antonio Anguita, comandaban la carrera, hasta que Bravo se puso por delante, después de la entrada por el puente hacia la Avinguda Roma, en dirección Rambla Nova. A esas alturas, alrededor del kilómetro 26, Bravo ya sacaba unos 45 segundos a sus perseguidores.
Rodaba Bravo junto a Albert Moreno, que no era un rival directo, puesto que se encaminó hacia su victoria en el 30 K y Bravo venció al impetuoso viento para ir ampliando la distancia (paró el cronómetro en 2:42:40), que llegó a ser de casi dos minutos respecto al segundo, José Luis Villacorta. En féminas de los 30 kilómetros, Laura Galán se impuso también con autoridad: 2:06:45.
En mujeres, hubo otro nombre escrito con letras de oro por primera vez en el historial de la competición. Gemma Ann Selby, una inglesa afincada en Benidorm, ganó en su cuarta incursión en la cita. Cruzó la meta desfondada, feliz y emocionada. Hasta reconocía que por la durísima escollera se le habían saltado las lágrimas por el esfuerzo titánico. Gobernó con mano de hierro su distancia, hasta sacarle diez minutos –logró un registro de 3:21:32– a Neme Mendieta, segunda clasificada, que completó el podio junto a Astrid Faganel, tercera.
Pero si la distancia reina se estrenaba con nuevos nombres, los clásicos del atletismo tarraconense dejaron su huella en las otras categorías. José Manuel Vieito, un gallego vecino de Tarragona, demostró su excelente estado de forma –ya ganó en la última edición de la Mitja Marató– siendo el más rápido en el 10 K (hizo un tiempo de 31:39), una de esas distancias que gozan ya de un claro toque popular.
Ahí se vieron algunas escenas que son también un signo de los tiempos, porque ya hay quien llega a la meta móvil en mano haciéndose una historia en Instagram, quien le estampa un beso a su mujer mientras llegan juntos o quien celebra su éxito portando al niño (¡de tres meses!) en brazos; todo ello, además, afrontando un viento en contra –rachas de más de 50 km/h.– que seguía haciendo estragos en la mañana.
En féminas, Paula Hritiuc, rumana residente en Alforja y corredora del Barça, demostró su valía con una clara victoria en los 10 kilómetros, gracias a una marca de 38:59. Mientras, en el 5 K, una distancia mucho más explosiva, hubo más clásicos. Dolça Ollé, de Valls, fue otro ejemplo de la inspiración triatleta en esta prueba, donde subió a lo más alto del podio gracias a una marca de 19:21.
Por su parte, Abel Carretero, que ya fue ganador el año pasado, hizo lo propio en hombres. Le valió un tiempo de 15:41 para llevarse el oro en una mañana árida y fea en la que el vendaval obligó a esa epopeya entrañable, resumida en las guitarras de ‘Thunderstruck’ que sonaban en la meta, mientras el aire tiraba al suelo algunas carpas, vallas y arcos hinchables.
Clasificación
Maratón masculina
- 1. A. Bravo (La Blanca) 2:42:40
- 2. J. Ll. Villacorta (Repsol) 2:44:28
- 3. H. Figueras (E. Truga) 2:44:58
- 1. G. A. Selby (CA El Faro) 3:21:32
- 2. N. Mendieta (CA Goya) 3:31:30
- 3. A. Faganel (ind.) 3:32:56
- 1. A. Moreno (CA Igualada) 1:43:28
- 2. D. Pardo (ER Vilanova) 1:50:37
- 3. J. Galed (K. of Mambo) 1:52:05
- 1. L. Galán (R. w. Leiva) 2:06:45
- 2. M. Garcia (CA Palafrugell) 2:10:14
- 3. A. Drago (Ultrarunners) 2:18:20
- 1. J. M. Vieito (V. Petroni ) 31:39
- 2. J. M. Moreno (R. w. Leiva) 31:49
- 3. J. P. Mora (R. w. Leiva) 32:50
- 1. P. Hritiuc (FC Barcelona) 38:59
- 2. E. Casajuana (Alliberadrenalina) 39:10
- 3. M. Navarro (ind.) 45:41
- 1. A. Carretero (ind.) 15:41
- 2. O. Marimón (CA Igualada) 16:28
- 3. A. Marín (ind.) 16:46
- 1. D. Ollé (Tricbm) 19:21
- 2. L. Sánchez (CA Canyelles) 19:32
- 3. M. Molins (AA Andorra) 20:30