Los penaltis en contra no son un problema para el Nàstic. Al menos, no lo están siendo en la Primera RFEF. Desde que se instauró la nueva competición, hace tres años entre la antigua Segunda B y el fútbol profesional de Segunda División, al conjunto tarraconense le han señalado siete penaltis, de los que únicamente dos han acabado en gol. Todos los porteros que han pasado por la plantilla en las tres temporadas, han sido capaces de detener, al menos, uno.
Álvaro González ‘Gonzi’ fue el primero en enfrentarse en el duelo de los once metros. Fue en el Estadi Municipal de Palamós, entonces feudo de la UE Costa Brava. El meta navarro ocupó la posición bajo palos por la ausencia de Manu Garcia por Covid-19. A los 20 minutos del encuentro, el colegiado señaló el punto de penalti. Boris Garrós asumió la responsabilidad. Lanzó por el medio, donde Gonzi esperaba y pudo despejar. La mala fortuna hizo que el balón volviera a los pies del delantero que marcó el 1-0.
El primer lanzamiento desde los once metros que le lanzaron a Manu García en el Nou Estadi tuvo como tirador a Marc Fernández. El actual futbolista del Nàstic no perdonó y transformó la pena máxima para abrir el marcador a favor de su equipo, el Andorra.
La temporada 2022/23, el meta andaluz sí atajó el tiro del jugador del Eldense Álex Martínez, para mantener al Nàstic 0-1 en el Nuevo Pepico Amat. No podría evitar, más tarde, los dos goles seguidos en el tramo final del encuentro que servirían al Eldense para remontar y llevarse los tres puntos.
El último penalti que le lanzaron a Manu García con el conjunto grana fue el transformado por Pedro León en Murcia, la pasada temporada.
Ese lanzamiento en la Nueva Condomina fue el único, de los cuatro que le señalaron al Nàstic en contra en ese curso, que acabó en gol. Los otros dos, además del que atajó Manu García en Elda, también acabaron en fallo del rival. En la portería, en ambos, estaba Dani Parra. Se produjeron el mismo día, en el Numancia-Nàstic. El arquero de Riudoms cogió la responsabilidad de salir de inicio en Los Pajaritos por la lesión de Manu García. Puso todo su empeño en evitar el naufragio grana en Soria deteniendo dos penaltis. Uno a Rubén Mesa, en el minuto 54, con 0-1 en el marcador, y otro a Carrillo, en el 77, con el 3-1 ya en el electrónico.
El sábado pasado, Alberto Varo se sumó a la lista de ‘parapenaltis’. Aguantó ante el jugador de la Cultural Leonesa Berto y detuvo el lanzamiento centrado. Pura justicia, porque el colegiado se equivocó al señalar la pena máxima. Joan Oriol no tocó a Berto que se dejó caer. Cuestión del karma.
Como apunta Gerard Costa (@BigData_Nastic en la red social X, antes Twitter), el portero de la Canonja se ha convertido en un especialista en parar penaltis en esta categoría. Le han lanzado cuatro y ha detenido tres. La pasada temporada, con el RB Linense, le paró uno a Lolo González (Linares), y en la 2021/22 uno a Francis Ferrón (San Fernando).
Otro detalle interesante que ofrece Gerard Costa es el resultado final de los partidos en los que los porteros granas han detenido un penalti. Hasta la pasada jornada, pese a los lanzamientos detenidos, todos habían acabado en derrota.
¿Cómo se explica el acierto de los porteros? La respuesta es muy clara: Manuel Oliva. El preparador de porteros del Nàstic es un auténtico especialista de su profesión. Analiza minuciosamente todos los detalles que influyen en la portería. Las fortalezas de sus guardametas, sus debilidades, los aspectos en los que pueden mejorar, donde deben incidir. Todo. No es extraño que todos los porteros que han pasado por sus manos, y hayan puesto empeño en desarrollarse, estén o hayan llegado a categorías superiores: Manolo Reina, Dimitrievski (Rayo), Bernabé (Albacete)...
También examina al detalle a los rivales. Sus cualidades y su desempeño. De una manera asombrosa. Una dedicación total detrás de los focos que ofrece resultados indiscutibles. Como en los penaltis. Si la estadística del Nàstic en los lanzamientos es la que es, como destacó el entrenador grana Dani Vidal, es gracias, en gran medida, a la labor de Manuel Oliva.