La derrota ante el Unionistas (0-1) en el Nou Estadi confirmó la mala racha del Nàstic. El equipo grana afronta el segundo mal temporal de la temporada. Solo ha sumado una victoria en los últimos partidos con un balance total de seis puntos de 18 posibles. La temporada está siendo tan buena en líneas generales que el equipo sigue cuarto, a solo cinco puntos del liderato y con un colchón de seis puntos respecto al playoff. Por lo tanto, no toca hablar de crisis, no sería lo correcto, sino de mal momento.
No hay que negar que uno de los principales argumentos a la hora de analizar esta mala época de resultados es la falta de gol. Al Nàstic le está costando perforar la portería contraria. Un problema que parecía superado, pero que no. Siempre vuelve. Hacer gol en Primera RFEF es complicado casi para todos los equipos, pero especialmente recurrente para un conjunto grana al que le cuesta marcar. Hay partidos que esto se debe a la falta de puntería y otros en los que directamente no hay ocasiones, como ante el Unionistas.
Preocupa más el segundo contexto que el primero. El Nàstic es un equipo que durante muchos partidos ha conseguido ser un conjunto con capacidad para generar ocasiones, aunque no las haya aprovechado todas. Por eso preocupa el último partido frente al Unionistas porque fue un encuentro en el que solo amenazó la portería rival en una ocasión con un disparo de Jardí desde fuera del área que lamió el larguero.
En los últimos seis encuentros, el Nàstic solo ha conseguido marcar tres goles, y en ninguno de los seis encuentros ha conseguido más de un tanto. Lo que da una media de un gol cada dos partidos. La media es muy baja y más si se compara con los tres mejores equipos de las últimas seis fechas que son los que justo están por encima de los granas. El Deportivo suma 16 goles en los últimos seis duelos, el Barça Atlètic acumula 14 dianas y el Celta Fortuna tiene a favor 11 tantos. La comparativa es demoledora y refleja claramente el problema que debe solucionar el Nàstic.
El resultado de toda esta crisis goleadora deja otra consecuencia muy visible y es que el conjunto grana es un equipo al que remontar todavía le parece un imposible en todo lo que va de temporada. De los últimos 18 partidos en los que el rival se ha adelantado, los de Dani Vidal no han sido capaces de darle la vuelta al marcador con un balance de cinco empates y 13 derrotas.
La crisis del gol azota de nuevo al Nàstic. El Toralín puede ser un escenario sanador. Ese será el objetivo.